Residentes, grupos de derechos humanos y líderes locales denunciaron el clima de terror creado por los efectivos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en la provincia afgana de Maidan Wardak.
Basado en esas protestas, el presidente Hamid Karzai demandó la retirada en dos semanas de los tropas estadounidenses de la provincia de Logar y de la de Maidan Wardak.
Según los vecinos de esas localidades afganas, grupos locales entrenados por militares de la OTAN y que se autodenominan «fuerzas especiales» o «fuerzas de campo», aterrorizan a la población con amenazas, torturas y hasta asesinatos.
El ultimátum formulado por Karzai obedece a que los mandos de la ocupante Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF) han desestimado las quejas y denuncias de los residentes de esas provincias.
Un analista militar, Jawid Kohistani, afirmó que la falta de coordinación de los militares afganos con los de ISAF, tal vez haya sido la causante de malas interpretaciones entre una y otra institución y de la decisión presidencial.
La comandancia de la OTAN alegó que hasta ahora no he encontrado evidencias de las alegaciones de mala conducta de sus subordinados y que una comisión integrada por sus especialistas y personal afgano investigará las denuncias de arrestos, torturas y asesinatos extrajudiciales de civiles.
Mientras tanto, el ministro afgano de Defensa, Bismillah Khan Mohammadi, continúa en los preparativos para recibir de los jefes de la coalición internacional, el mando total de la zona.