El Gobierno Nacional Bolivariano, en un acto histórico, trasladó los restos simbólicos de Manuela Sáenz, compañera de Simón Bolívar, desde la casa del Libertador, hasta el Panteón Nacional, donde será colocada junto a los restos del Padre de la Patria.
Autoridades venezolanos, miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y milicias campesinas de Ezequiel Zamora, además de cadetes y oficiales de los Bomberos Metropolitanos, escoltaron los restos de la heroína.
Asimismo, hombres, mujeres, niñas, niños, muchos de ellos ataviados con los trajes de la época, y llevando afiches alusivos a la coronela, acompañaron el recorrido por el centro histórico de la ciudad, visiblemente emocionados. «Manuelita» estuvo durante dos días en capilla ardiente en la Casa de Simón Bolívar.
El traslado fue iniciado con un discurso de La Jefa de Gobierno del Distrito Capital , Jaqueline Farias. En el contexto de la campaña «Manuela Vuelve», Farías expresó que los caballos del Libertador y la ‘Generala’, «cabalgaron juntos por la libertad; sus espadas, apuntaron contra el imperio (…) ; su fuerza (Manuelita), aupó al Padre de la Patria».
Explicó la funcionaria que durante los últimos ocho años de vida de Simón Bolívar, Manuela Sáenz otorgó “sus cartas y su amor, su entrega y su defensa por la libertad”, hasta el día cuando murió el Padre de la Patria.
Finalmente, la Jefa del Distrito Capital respaldó la iniciativa del Presidente venezolano Hugo Chávez y de su homólogo en Ecuador, Rafael Correa, por planificar este acto especial, que simbólicamente “reanima la lucha por la independencia”.
“Manuela Sáenz acompañó los últimos años del Libertador con su estimulo, con su pasión, con su lucha”, manifestó Farías, quien además agregó que desde muy joven, la Coronela en la Batalla de Ayacucho (1809-1826), “despotricó contra el imperio español” (…) y siempre retó a la oligarquía ecuatoriana”.
Acompañaron a FArías el ministro del Poder Popular para la Cultura, Francisco Sesto, y el primer vicepresidente de la Asamblea Nacional, Darío Vivas.
Una agrupación de parada de las Fuerzas Armadas de la república del Ecuador, integrada por seis mujeres vestidas de la misma manera que lo hacía Manuela Sáenz en su época, fueron las encargadas de trasladar a la heroína ecuatoriana.