Medio millón de rumanos salieron este domingo a exigir la renuncia del Gobierno socialdemócrata, pese a que el Ejecutivo revocó este domingo el impopular decreto ley que despenalizaba algunos delitos de corrupción si los daños para el Estado eran menores a 44 mil euros (más de 47 mil dólares).
El número de manifestantes en la capital rumana es superior a los días pasados por la llegada de muchas personas desde otras ciudades como Cluj-Napoca e Iasi.
«Toda la clase política de Rumanía tiene que entender que en el Parlamento no debe existir ninguna sospecha de corrupción», declaró a la agencia Efe Constantin Maris mientras agita una bandera rumana.
Por su parte, el primer ministro, Sorin Grindeanu, dijo a la televisión Antena3 que no reunciará porque en diciembre el Partido Socialdemócrata (PSD) venció con el 45 por ciento de las papeletas en los comicios legislativos.
El Gobierno derogó hoy oficialmente la polémica medida por la presión de la calle y lo publicó en el Boletín Oficial para que entrara en vigor de inmediato.
Los analistas consideran que las protestas continuaran hasta que el Gobierno asuma algún precio político por una medida impopular cuando apenas lleva un mes en el poder.
El decreto incluía un indulto a 2 mil 700 presos por delitos menores, también por corrupción, y que el Ejecutivo justificó por la necesidad de vaciar las abarrotadas cárceles rumanas.