Un 20 de diciembre de 2004 en el palacio de Miraflores, en Caracas, se hacía un acto de justicia con el pueblo. El presidente de la República, Hugo Chávez Frías, le devolvió los ahorros a las familias afectadas por la crisis bancaria de 1994.
En ese acto, el Comandante Chávez anunció la cancelación de 12% de interés anual a estas personas que recuperaron su dinero perdido.
Este proyecto fue coordinado por las autoridades del Fondo de Garantía de Depósitos y Protección Bancaria (Fogade) que organizaron los expedientes de las personas que recuperaron sus ahorros.
El plan contemplaba dos márgenes de cobertura, en vista que las garantías bancarias que existían para la época de aquella debacle financiera apenas cubría 15% de la totalidad de los ahorristas.
Durante el gobierno bolivariano el monto de esta garantía legal fue incrementado hasta cubrir más del 95% de los clientes de los bancos del país.
La crisis bancaria de 1994 ocurrió durante el segundo período presidencial de Rafael Caldera.
El banquero Orlando Castro fue acusado de desviar importantes sumas del Estado para supuestamente “socorrer” a los ahorristas del grupo financiero que presidía: Latinoámerica-Progreso.
El cierre de este grupo financiero causó la debacle de varias bancos. El primero de ellos el Banco Latino, que registró pérdidas por más de 320 millones de bolívares. El resto de los bancos afectados fueron Comercio, Principal, Ítalo Venezolano, Profesional, Amazonas, Bancor, Barinas, de la Construcción, La Guaira, de Maracaibo, Metropolitano, Consolidado y las Sociedades Financieras Fiveca, Confinanzas y Cremerca.
La situación provocó una severa crisis financiera en el país “que acabó con más del 60% de los activos del sector (bancario) y costó al país, sólo en auxilios financieros, más de 7.000 millones de dólares”, de acuerdo al libro Cronología de una Implosión, de Teresa Maniglia e Ingrid Carvajal Arroyo.
El gobierno de Caldera no escatimó en auxiliar a los bancos quebrados. Una suma superior a los 6 mil millones de dólares, que actualmente representan la cuarta parte de las reservas internacionales del país, fueron extraídos por los banqueros que produjeron la crisis financiera de 1994.
“Ese dinero se lo llevaron los banqueros y en esa oportunidad Fogade los auxilió, en lugar de hacerlo con los ahorristas. Resultó afectada más de un tercio de la población del país. En aquella oportunidad era una crisis sistémica», dijo a la prensa en el 2009 el presidente del Fondo de Protección Social de los Depósitos Bancarios (antiguo Fogade), David Alastre.
Con la crisis de los bancos, muchos de sus presidentes, directores y gerentes, que recibieron dinero del gobierno de Caldera, huyeron del país.
Mientras el gobierno de la época se preocupó en rescatar financieramente a los bancos, y los directivos de éstos se fueron con el dinero, los ahorristas fueron los perjudicados tras perder su dinero sin ninguna institución del Estado que respondiera por sus recursos.
«Esto es un acto de justicia. En el día de hoy (un día lunes) hemos pagados 158 millones de bolívares a cerca de 128 ciudadanos. En total son más de 400 mil ahorristas a quienes se les adeuda 18 mil 500 millones de bolívares y no nos importa a quién se le deba, puede ser el adeco más recalcitrante, pero ese es su dinero», dijo Chávez aquel 20 de diciembre de 2004 cuando hizo justicia con los ahorristas afectados.