Camarada llamarada, de Carolina Escarrá|Revolución socialista Vs. Capitalismo (Opinión)

Cuando hablamos de socialismo y de capitalismo, así como de socialismo bolivariano, se puede concebir al socialismo bolivariano como el modo de producción hacia el cual está encaminada la Revolución iniciada por el comandante Hugo Chávez, continuada por el presidente obrero Nicolás Maduro, y seguida por muchos héroes anónimos, en el que la Revolución Bolivariana latinoamericanista es un proceso dentro del que se van desarrollando transformaciones en las relaciones de producción.

También se puede entender al capitalismo como el modo de producción en el que vivimos, y al que debemos destruir si queremos lograr la máxima seguridad social, estabilidad política y felicidad posible que vislumbraba nuestro Libertador, además de salvar la especie humana y la vida en el planeta.

Es por ello que es fundamental entender la Revolución Bolivariana como un proceso de lucha de clases en el que las condiciones materiales se fueron generando para que la clase oprimida y explotada se levantara y consiguiera luego la estructura organizativa necesaria para acabar con los procesos de acumulación del capital y la explotación del hombre por el hombre, transitar hacia la propiedad colectiva y social de los medios de producción que permitan la máxima marxista de «a cada cual según sus necesidades y de cada cual según sus capacidades», y merme la desigualdad social generada por la visión de las élites políticas mundiales para dominar a los pueblos.

Carlos Escarrá Malavé nos decía que la premisa fundamental del discurso del Libertador radicó en la formación y construcción de una sociedad justa, libre e igualitaria, siendo dicho compromiso la tarea fundamental y primordial del proceso revolucionario desarrollado por Simón Bolívar en los tiempos de la Gesta de Independencia, así como lo constituye también hoy día para nuestro proceso revolucionario, articulándose en la estabilidad y preocupación por el ámbito social, enmarcado en la soberanía popular, prevista en nuestra Constitución Nacional bolivariana, como única e indiscutible, y como poder absoluto dentro del Estado, que se expresa a través de una verdadera democracia participativa y protagónica del pueblo en su condición de soberano, estableciendo así la formación de una sociedad independiente y responsable de su destino, en corresponsabilidad con el Gobierno socialista.

En razón de ello, la base fundamental en la que descansa el pensamiento bolivariano la constituye el Poder Popular, que bajo una concepción de Estado social de derecho y de justicia, debe a su vez estar orientado a la consecución de la felicidad social bolivariana.

T/ Carolina Escarrá G.
cescarragil@gmail.com
Caracas