Por Ramón Alirio Contreras G.|Rilke y el capitalismo (Opinión)

Rainer María Rilke escribió una de las novelas más magistrales de la literatura universal, según mi humilde opinión. En ella nos muestra una imagen de la vida moderna. Una imagen de las que perduran para siempre en uno cuando se lee un libro trascendental. La imagen de una mujer contra la pared de un hospital, donde se muere en serie. Habla Rilke de la pérdida de lo íntimo y lo ritual por lo masivo. La vida moderna y el modo de vida del capitalismo, masifica la producción y con ello crea la ilusión de inclusión. No obstante, lo que realmente masifica es la miseria, la humana y la económica. Al mismo tiempo, va despojando lo íntimo, lo que hace la esencia de los sujetos y construye identidades.

La imagen de Rilke en su novela Los cuadernos de Malte Lauris Brigge es arrebatadora. Cuando señala que la gente en la ciudad (epicentro de la vida moderna y de lo comercial) muere como si la muerte fuese un producto de fábrica, está hablando de esa forma despersonalizada en que las grandes ciudades llevan a la gente a vivir y no hay acto más intrínsecamente vinculado a la vida que la muerte.

Esa noción de la masa sin forma, que solamente cuantifica, es esencia entonces del modelo capitalista, que no establece diferencia en los sujetos sociales.

El marxismo nos enseña justamente lo contrario, “de cada quien según sus capacidades y a cada cual según sus necesidades”, la distinción permite que se diseñen políticas públicas para cada sujeto social, tanto como para cada grupo sectorizado.

El neoliberalismo, al contrario, va de país en país con una receta única, es como el hospital de Malte, se aplica la misma ración y la misma forma a todos por igual sin que hayan factores que identifiquen cada realidad, cada contexto y adapte las políticas a cada caso.

Es por eso que en Venezuela una de sus formas más claras para avanzar en la construcción del socialismo del siglo XXI es profundizar el reconocimiento de las diferentes necesidades del pueblo y atenderlas de manera sectorizada y focalizada para garantizar la mayor estabilidad social política. Es allí, en la esencia de la persona, de los sujetos sociales, que se define la diferencia entre los dos modelos antagónicos.

@aliriocontreg