El concierto se realizó como parte del programa Cuatro Cuerdas una Patria|Rindieron homenaje a cuatristas venezolanas en el TTC

Con un emotivo concierto se rindió homenaje el pasado sábado a seis cuatristas venezolanas que han dedicado su vida a enaltecer este instrumento y las manifestaciones propias de la Patria de Bolívar.

Cecilia Todd, exponente de la música tradicional y popular ; Loreley Pérez, lideresa de la agrupación Voces de Carayaca; Daisy Gutiérrez, cantautora cumanesa; Gerónima Muñoz, cantante popular y una de las fundadoras del Grupo Estribillo; Milagros Figuera, docente e investigadora, Liceth Hernández, integrante de la Orquesta Típica de Aragua integraron la lista de cultoras homenajeadas.

La Sala José Félix Ribas del Complejo Cultural Teatro Teresa Carreño (TTC) fue el escenario donde se efectuó este sentido homenaje, en el que participaron la joven cultora Jazmín Pérez, Milagros Figuera y el ensamble Oriwaká.

REPERTORIO CAUTIVADOR

Pérez inició la jornada musical con un repertorio que incluyó temas como Conticinio, de Laudelino Mejías; Romance en la lejanía, de Pedro Emilio Sánchez y Suplicante, de Rafael Miguel López. Posteriormente, Milagros Figuera (bandola) y Sulyn Villarroel (maracas) se unieron a la joven cuatrista para interpretar los joropos El astillero, Bajo seco y Entreveraito.

El ensamble Oriwaká deleitó, en compañía del maestro Mónico Márquez, al público de la sala con temas como: Pa’ negro yo, Gaita de tambora, Calipsos y Golpe de arpa con estribillo.

AGRADECIMIENTO

Minutos antes de iniciar el concierto, el Correo del Orinoco tuvo la oportunidad de hablar con tres de las homenajeadas, quienes manifestaron su orgullo por ser venezolanas y su agradecimiento con el Centro Nacional de la Música (CNM) y la Fundación Casa del Artista por tan noble gesto.

La cuatrista cumanesa, Daisy Gutiérrez, afirmó: “Nos sentimos muy agradecidas con todas las instituciones que han tenido algo que ver con la organización de este evento y por tomarnos en cuenta como difusoras de nuestra música y tradiciones”.

Gutiérrez destacó que el reconocimiento fue acogido con mucha humildad por ella y por sus compañeras. Sostuvo que es una retribución para todas las venezolanas que tocan el cuatro.

La cultora recalcó que así como fue reconocida espera que “se haga justicia” con el resto de las féminas que se dedican al estudio y ejecución del cuatro. Asimismo, calificó como una excelente idea el hecho de realizar actividades en torno al año de cuatro. Incluso, consideró que eventos de este tipo se deberían llevar a cabo continuamente y no durante un año específico.

“Esta declaratoria del cuatro como patrimonio de la nación tiene que ser el inicio de un trabajo constante y permanente por la siembra del instrumento en el corazón de cada venezolano, porque éste acompaña a todas nuestras melodías y cantos”, dijo.

Daisy Gutiérrez subrayó que en cada familia venezolana hay un cuatro, “por lo menos alguien lo rasguña”, por tal razón la importancia de darle el lugar que merece en el imaginario popular.

AMOR DE AÑOS

Al igual que Gutiérrez, Gerónima Muñoz es una mujer que se ha dedicado en cuerpo y alma al cuatro. La docente narró que a los 7 años de edad sostuvo por primera vez uno en sus manos y desde eso momento se enamoró del instrumento.

“Nuestro trabajo ha sido el de promover y mantener la música tradicional, muy especialmente la que se hace con el cuatro. Tantos años de estudios en varios estados del país, muy especialmente en el oriente, hacen que me sienta muy orgullosa de ser venezolana”, refirió Muñoz.

La creadora comentó que Venezuela está viviendo un momento interesante, en el que se le están dando “el sitial que se merece a las cultoras y cultores del país”. De igual manera, indicó que, a su juicio, el homenaje recibido “es uno de los más importante de todos los que se han dado en este proceso de transformación que vivimos”.

Insistió que es vital “mantener lo nuestro” y cada día divulgar la música, el folclore y todas las manifestaciones populares en general. Concluyó que todos los creadores venezolanos desean seguir adelante y trabajar en beneficio de la proyección “de nuestra cultura”: “Tenemos que enriquecernos y compartir desde el amor”.

UNA PASIÓN

Para Milagros Figuera, también docente e investigadora, el cuatro se convirtió en una pasión de vida desde su niñez. Ha sido mi compañero desde siempre y junto con él me he dedicado a la enseñanza, aun cuando he trabajado en la música de tarima con agrupaciones”.

Relató que por más de 30 años ha trabajado con el grupo Tambor y gloria, así como cuatrista principal del maestro Mónico Márquez. “El cuatro me ha motivo a aprender y a amar mi venezolanidad, mi gentilicio. Le agradezco a Dios el haber nacido en este país tan extraordinario”, expresó Figuera.

La docente aclaró que así como imparte clases de cuatro, trabaja con otros instrumentos de cuerda como la bandola y la mandolina. Finalmente, Milagros Figuera enfatizó que para ella este patrimonio cultural representa el amor, el ser venezolano, “es una razón de vida”.

T/ Patricia Pineda
F/ Girman Bracamonte