Rolando Segura: Telesur, del sueño de Chávez a la comunicación posible y necesaria

El canal multiestatal Telesur arribará el próximo 24 de julio a su décimo quinto aniversario, período en cual ha sido una alternativa informativa para el mundo desde América Latina ya que su agenda visibiliza a los pueblos y defiende la verdad que esconden los conglomerados de la información mundial.

Entre sus personal se encuentra el periodista Rolando Segura Jiménez, un cubano que desde los inicios de este canal informativo ha sido una de sus caras visibles y testigo de primera mano de conflictos políticos y guerras en diversas partes del mundo.

Este periodista, que ha sabido contraponer un ejercicio de alto nivel frente a las constantes manipulaciones de las trasnacionales de la comunicación, prestó servicios en Libia y ahora en Venezuela. A propósito del aniversario de esta trinchera de la información de los pueblos, el Correo del Orinoco trae a sus lectores su particular punto de vista sobre algunos asuntos de relevancia del acontecer mundial.

-¿Qué significa Telesur para los latinoamericanos?

-Telesur ha sido un culto a la ciudadanía latinoamericana y caribeña. Llegamos desde las más diversas latitudes con el sueño de hacer otra comunicación desde el Sur.

Nacimos como canal de televisión y hoy somos un multimedio informativo de alcance global, con producción de contenidos en español, inglés y portugués para todas plataformas de la comunicación y el entretenimiento.

No hablo solo formalmente en plural de modestia. Personalmente, nací y crecí en Telesur como profesional y como ciudadano latinoamericano y caribeño.

Millones de usuarios pueden seguir nuestras historias no solo por nuestras señales broadcast, sino también por la web, aplicaciones, redes sociales, televisión por internet, cable o satélite.

Y esas millones de personas que nos siguen en Latinoamérica y el mundo reclaman, exigen nuestra señal. Nos interpelan cuando no llegamos con inmediatez o soslayamos un determinado ángulo de la noticia: “¿Por qué no están aquí? ¿Por qué no cuenta esta historia? No tenemos la señal de Telesur 24 horas”.

Pero también nos aplauden cuando ponemos el micrófono, primero a los silenciados de siempre, o como en las plazas del Chile en estallido, cuando nuestra cámara desafía al carabinero que apunta a los ojos de los manifestantes.

Entonces Telesur ya no es solo un mero intento de otra comunicación posible y necesaria. Es una realidad concreta, fruto de la construcción colectiva de latinoamericanos y caribeños durante de 15 años de trabajo, cámara al hombro y micrófono en mano, contando la realidad de un mundo perplejo de desafíos.

-¿Cuál es el compromiso que tienen frente a la historia los periodistas de Telesur?

-Durante tres lustros hemos sido testigos de excepción de grandes acontecimientos en Latinoamérica y el resto del mundo, con la enorme responsabilidad de contar el remezón que constituyó el ciclo progresista.

Tal vez hoy predominaría un solo relato de la Honduras de 2009, si a la versión de “sucesión presidencial” de los medios no se hubiera contrapuesto la de “golpe de Estado” una vez que las cámaras de Telesur registraron cómo el presidente Manuel Zelaya fue sacado en pijama de su casa durante la madrugada y llevado por la fuerza a otro país.

En la disputa de sentidos sobre cómo contar el mundo de hoy, Telesur ha logrado abrir más de una fisura en la narrativa de los medios dominantes. Mientras la prensa corporativa daba por hecho desde una autopista de Caracas la toma de un aeropuerto militar, las cámaras de Telesur ya estaban in situ en el lugar y en el Palacio de Miraflores, mostrando un intento de golpe fallido.

Los ejemplos se repiten una y otra vez. Las imágenes de Telesur serán memoria viva y fuente de consulta permanente para quienes aspiren a conocer la historia de resistencia, sueños y esperanzas de nuestros pueblos desde hace 15 años.

-¿Qué lección están dando los médicos cubanos al mundo durante la pandemia?

-Los datos hablan por sí solos. Treinta y cinco brigadas de trabajadores de la salud cubana desplegadas por todos los continentes, sin distinguir entre países del primer o tercer mundo. El ofrecimiento incluso de apoyar con expertos y asistencia médica al propio Estados Unidos, hoy con más de 143 mil muertos y casi 4 millones de infectados por el coronavirus.

Mientras las grandes potencias se disputaban las mascarillas, los respiradores mecánicos y ahora hasta una posible vacuna, una pequeña isla reescribe con letras grandes la solidaridad e invita a juntarse para enfrentar un peligro que acecha a toda la humanidad.

Es la épica de un pueblo en resistencia, que a pesar de enfrentar uno de los bloqueos más largos e inhumanos de la historia, pone en el centro al ser humano y sale en defensa de la vida más allá de sus fronteras, enfrentado no solo los riesgos propios de la pandemia, sino a quienes la difaman por supuestamente esclavizar a sus propios médicos.

No siempre el amor vence al odio, pero el ejemplo de estos trabajadores de la salud y la vida es tal que ocultarlo sería como intentar tapar el sol con un dedo.

Cristiano Ronaldo decía por estos días: «Por los médicos cubanos, sí», y enviaba firmadas una camiseta original del Juventus de su número 7 a cada uno de los integrantes de la Brigada Médica de Cuba, alistados en la zona roja de la epidemia en Piamonte.

Esta semana el monumento más representativo de Turín y uno de los más emblemáticos de Italia, la Mole Antonelliana, se iluminó en homenaje a los médicos y enfermeros cubanos.

Días antes, entre Chicago y La Habana, durante seis horas repetidas en dos noches de festival en streaming, más de 60 artistas cubanos y estadounidenses, así como personalidades de Estados Unidos protagonizaban el Concierto por Cuba, el más grande realizado contra el bloqueo a Cuba y por la nominación al Premio Nobel a las brigadas médicas cubanas que luchan contra la Covid 19 en el mundo.

-¿Cómo ha desnudado la Covid 19 al sistema capitalista y cómo deben asumir los gobiernos el tema de la salud pública?

-Muchos titulares nos venden la idea de una enfermedad que puede tocar cualquier puerta, la de ricos y pobres, la de los de arriba y los de abajo.

Estar alerta frente a este tipo de narrativas simplificadoras ha sido un ejercicio constante en la narrativa de Telesur.

Tenemos claro que el impacto de la pandemia es mucho más duro cuando golpea a los desfavorecidos.

El propio Centro para el Control de Enfermedades en el país con más casos en el mundo, Estados Unidos, reconoce que sobre latinos, afroamericanos y nativos americanos recae una enorme disparidad en cuanto a contagios y decesos. Los primeros son tres veces más propensos a infectarse que sus vecinos blancos y tienen el doble de probabilidades de morir a causa del nuevo coronavirus.

La pandemia dejó en pelotas mucho de lo que antes aparecía más o menos solapado. El racismo sistémico y la inequidad no solo se manifiestan en los sistemas de justicia, va más allá, hasta las condiciones de vida y subsistencia de grandes mayorías. El desmantelamiento de los sistemas públicos de salud ahora también pasa su factura.

El dilema entre proteger la salud o el colapso de la economía agitó el debate sobre si el remedio sería peor que la enfermedad ante el inevitable confinamiento como vía para detener el avance de la pandemia.

¿Cómo asumen entonces el “quédate en casa” las millones de familias sin hogares dignos? ¿Cuál es la opción para las clases trabajadoras que deben salir a trabajar ante el dilema morir de hambre o de coronavirus?

El Estado, los gobiernos deberían garantizar a todos y a todas el derecho a la vida.

Los profesionales de la información habitamos un terreno que no puede entrar en cuarentena. Debemos garantizar el derecho a la información y seguir contando el mundo en uno de sus momentos más contradictorios y complejos.

Un esfuerzo no exento de riesgos. Somos testigos de cómo unos tenemos la dicha en nuestros países de acceder a los test diagnósticos de manera inmediata y gratuita. Pero otros colegas de nuestra fuerza informativa alrededor del mundo, en ocasiones ni pagándolas encuentran estas pruebas.

-Un libro que recomiende, una pieza musical y una película para esta coyuntura…

-Libro, La peste, obra maestra del premio Nobel de Literatura 1957, Albert Camus. Un canto a quienes sacrifican su bienestar por cuidar a los demás, a través de la historia de unos médicos que, como las brigadas cubanas de hoy, develan el sentido de la solidaridad al enfrentar la epidemia de la peste en una ciudad de Argelia. Alerta necesaria sobre cómo ante situaciones límites emerge lo peor, pero también lo mejor del ser humano.

Tema musical, “Bésame mucho”, porque confío en que seguiremos amando “como si fuera esta noche la última vez”, a pesar de que nunca imaginamos este tiempo de suprimir momentos de mirarnos en otros ojos, de posponer besos y abrazos para preservar la salud.

Película, Cinema Paradiso, ese filme que en su estreno Italia no le rindió honores, pero que el mundo convirtió en clásico de la cinematografía. En la cinta es un sacerdote quien corta el celuloide para censurar los besos. Estoy convencido de que, como mismo recuperaron los besos al final de la película, veremos y daremos los besos que la pandemia por ahora nos censura. Más temprano que tarde volveremos a escuchar al maestro de la música de Cinema Paradiso, Ennio Morricone, el reconocido compositor italiano que nos dijo adiós a los 91 años, precisamente por estos días de pandemia. Y con esa música abrazaremos y besaremos, como si fuera la primera vez.

Síntesis biográfica de un guerrero de la comunicación

Rolando Segura Jiménez

Natural de La Habana. Se graduó en Periodismo en 1991. Ese mismo año inició su vida laboral como periodista de Telecentro CHTV y actualmente se encuentra laborando como reportero del sistema informativo del ICRT. Por su seriedad y responsabilidad como periodista ha participado en diversos eventos nacionales e internacionales.

Cumplió misión internacionalista con la cobertura del Programa Integral de Salud en Zimbabwe y Guinea Ecuatorial. En 2002 impartió cursos sobre comunicación social en la Universidad Autónoma de Baja California, como profesor adjunto de la Universidad de La Habana. Es miembro del Comité Nacional de la UPEC. Fue delegado al 6o Congreso de la UPEC. En la batalla de ideas ha tenido una participación relevante en las mesas redonda y tribunas abiertas.


Fue creado por el Comandante Hugo Chávez Frías el 24 de julio de 2005

Telesur bailará el vals de sus quince años al ritmo de la verdad

Hoy por hoy llega a varias naciones del mundo en diversos idiomas

A pesar de los ataques de la derecha y el imperio gringo, la verdad de los pueblos no se podrá ocultar. Siempre hay una vía para lograrlo. Y Telesur, que este 24 de julio será un canal quinceañero, es la muestra de como siempre hay cartas abiertas y sin trucos para informar de forma veraz en América Latina y el orbe. Esta televisora multiestatal latinoamericana de noticias las 24 horas, con sede en Caracas, sigue mostrando ese periodismo acucioso y con argumentos que tanto demanda la gente.

El canal es la respuesta a la necesidad de integrar los estructura pueblos de América y contrarrestar la sesgada información proveniente del imperio gringo principalmente, en un afán por crear un eje Sur-Sur que sea capaz de producir una comunicación independiente, como lo viene cumpliendo hasta el momento.

Como dicen en su página web oficial, «Telesur es un multimedio de comunicación latinoamericano de vocación social orientado a liderar y promover los procesos de unión de los pueblos del sur. Somos un espacio y una voz para la construcción de un nuevo orden comunicacional».

Eso sí, en Telesur siempre ha prevalecido el compromiso, la excelencia, el trabajo en equipo, la vocación social, transformación social, creatividad y ética, que los telespectadores pueden apreciar en cada una de sus emisiones diarias.

Como se citó, Telesur inició sus transmisiones el 24 de julio de 2005 desde el Teatro Teresa Carreño en Caracas. Fue una idea original y creación del entonces presidente Hugo Chávez Frías, quien firmó el 3 de marzo de 2005 varios acuerdos con el entonces recién juramentado presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, respecto a procesos de integración energética y comunicacional entre los dos países, siendo uno de ellos el de la creación y financiamiento conjunto de Telesur.

MODERNIZARSE

A más de un año de su lanzamiento, en diciembre de 2006, Telesur adquiere la planta televisiva CMT (Canal Máximo Televisión), para luego el 9 de febrero de 2007 comenzar a transmitir en señal abierta con equipos, estudios y señales de transmisión del antiguo canal, pero con el paso del tiempo continuaron la modernización tecnológica hasta convertirlo en uno de los mejores en América Latina en cuanto a información.

Telesur posee acuerdos con otras organizaciones de noticias y medios de comunicación mundiales, tales como la BBC, 2930 IRIB, 31 y la Televisión China.

Para febrero en 2012, Telesur realizó un cambio en toda su línea gráfica y estudios que va desde Telesur Noticias hasta Agenda Abierta, además de que el canal incorporó nuevos programas de noticias, de opinión y documentales, casi todos independientes, para mostrar la realidad de Amèrica y el mundo entero.

En 2014, el presidente Nicolás Maduro Moros inauguró la señal de Telesur en el idioma inglés. Ese día comenzó a funcionar el sitio web y la señal en inglés. El primer programa fue una entrevista del escritor pakistaní Tariq Ali al presidente Maduro.

Telesur no solo emite en inglés, ya que también planea emitir en francés y portugués (este último sobre todo para Brasil). Sin embargo, el canal ya había comenzado en febrero de 2008 a transmitir programas de noticias a Brasil en portugués a través de varias estaciones comunitarias en el estado de Paraná. También el 12 de octubre de 2014 se presentó un noticiero en idioma quechua, para los televidentes de Bolivia.

Actualmente cuenta con una cobertura satelital que abarca América del Sur, el Caribe y toda Europa, aparte de varios países en Africa y Asia.

T/ Luis Ángel Yáñez
F/ Archivo CO
Caracas