Este lunes, las autoridades de Roma evalúan los daños ocasionados por la manifestación que realizara el pasado sábado el movimiento Indignados, protesta global efectuada en 950 ciudades en más de 80 países, en contra de las políticas económicas de las entidades financieras.
La manifestación en la capital italiana dejó un saldo de 135 heridos, entre los grupos manifestantes y la policía de esa ciudad. Las autoridades estiman que los daños ascienden a varios millones de dólares.
La movilización, figura como el principal brote de violencia que se ha desarrollado en Roma, en años.
En el escenario de la protesta, presuntamente algunos manifestantes encapuchados incendiaron vehículos, rompieron ventanas de bancos e incluso atacaron una iglesia. Luego se enfrentaron con la policía, que usó gases lacrimógenos y tanques de agua.
El ministro del Interior romano, Roberto Maroni, condenó la «violencia sin precedentes» provocada por pequeños grupos organizados y violentos que se diferenciaban de la mayoría pacífica de los manifestantes. El ministro había agradecido a las fuerzas del orden el hecho de que no se registraron muertos.
Roma no vivió disturbios con este nivel de violencia desde los enfrentamientos que opusieron a militantes políticos con las fuerzas del orden durante los años 1970 y 1980.
SÁBADO DE PROTESTA EN EL MUNDO
El pasado sábado 15 de octubre, millones de personas en más de 80 países demostraron su hartazgo con las elites políticas y los poderes financieros, en una jornada mundial sin precedentes, unidos por un cambio global sin distinción de raza y credo político.
Calles y plazas se colmaron de multitudes desde América, Asia, África y Europa en reclamo de una democracia real, de auténticos derechos humanos y contra la avaricia de los bancos y los mercados financieros, a los que achacan la actual crisis sistémica y las penurias.
Millares de europeos inconformes marcharon este sábado por las calles de Atenas, Bruselas, Madrid, Roma, Zurich, Estocolmo, Francfort, Londres, Dublín, París, Sarajevo y Zagreb. Así mismo, en casi todas las ciudades de Estados Unidos tuvieron eco las vigilias de los indignados de Nueva York.
En Australia, Nueva Zelanda, Filipinas, Japón, Corea del Sur, Hong Kong, Indonesia y Singapur se celebraron tomas simbólicas de los centros financieros y filiales bancarias internacionales.