Por Freddy J. Melo| Rosa Luxemburgo (Opinión)

El 5 de marzo de 1871 nació una niña polaca que llegaría a unir su poco favorecido cuerpo con una mente preclara, una voluntad de acero y un corazón amoroso.

Su nombre, Rosa Luxemburgo, resonaría desde adolescente en las luchas de clases de Polonia, Rusia, Suiza y Alemania, organizando sindicatos y movimientos políticos; editando periódicos y revistas y escribiendo documentos y libros profundos; enfrentando a los jefes socialdemócratas Bernstein y Kautsky y rechazando sus intentos de mellar el filo revolucionario de la teoría de Marx; rompiendo con la II Internacional en repudio de la guerra imperialista y sosteniendo la necesidad de fundar una III consecuentemente proletaria; polemizando entre otros, con Lenin, pero sin antagonizarlo y proclamando su adhesión a la Revolución de Octubre; afrontando persecuciones y cárceles y lanzándose al asalto del cielo con su recién fundado Partido Comunista Alemán, hasta caer abatida el 15 de enero de 1919, junto a su gran camarada Karl Liebnetch, su compañero León Jogiches y numerosos obreros revolucionarios.

Entre sus muchas obras sobresalen Reforma o Revolución, cruzada por el segundo término del título; La crisis de la socialdemocracia, en la cual lanza, Engels mediante, la iluminada consigna de “socialismo o barbarie”, y La Revolución Rusa, portadora de un testimonio lúcido y visionario.

Durante un buen tiempo el nombre de la rosa roja de la revolución quedó un tanto a la sombra, pero ha vuelto a abrirse en todo su esplendor cuando en la conciencia de los revolucionarios se establece sin duda que no puede haber socialismo de verdad (superador del capitalismo), ni democracia de verdad (superadora de exclusión, discriminación y usurpación), sino entreconstruyéndose, pues son consustanciales.

O, como Rosa dejó dicho, “la misión histórica del proletariado (…) es crear en lugar de una democracia burguesa una democracia socialista”.

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Nuestra amada por siempre rosa mente de brillantes pensamientos del verdadero comunismo que jamás le han dado chance de ser pues el capitalismo depredador le teme inmensamente a su verdad plena como la luna llena la cual fue vil victima de la derecha nefasta que la mando a asesinar brutalmente por sus esbirros de uniforme