La mandataria de Brasil, Dilma Rousseff, suspendida desde mayo, presentará por escrito su defensa ante la comisión del impeachment (juicio político) del Senado.
«Mi defensa será por escrito y leída por mi abogado. Estamos evaluando mi ida al plenario del Senado en otro momento», informó Rousseff en su cuenta de Twitter.
Actualmente, una comisión de 21 senadores tramita el juicio que mantiene a Rousseff suspendida de su cargo desde mayo, tras ser acusada de aprobar gastos sin autorización del Congreso y de financiar al Tesoro a través de la banca pública. Ambas acciones suponen violaciones a la ley de responsabilidad fiscal.
Sin embargo, el pasado 27 de junio un informe elaborado por técnicos del Senado brasileño señaló que no existen pruebas de que Rousseff participara en las maniobras fiscales, que supusieron una de las causas que llevaron la apertura del juicio político.
A través de su Twitter, la presidenta Rousseff reiteró que el impeachment o juicio político en su contra busca detener la Operación Lava Jato, que consiste en las investigaciones sobre corrupción en Petrobras, que involucra a miembros del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).
«Una de las razones que explica el golpe fue dado por el ex ministro de gobierono interino y provisional, Jucá: distanciar a Dilma para detener las investigaciones», escribió la mandataria en la red social.
«La base de Lava Jato es la ley de las organizaciones criminales, que fue enviada al Congreso por mi Gobierno. Esta castiga al corrupto y al corruptor».
Rousseff aseveró que lucha cada día para su regreso a la presidencia, «no sólo por mi gestión, más por el rescate de la democracia».
Asimismo, la presidenta brasileña aseguró que toda propuesta que implique la elección directa es bienvenida. «Estamos abiertos a la reforma del sistema político brasileño», afirmó.
También indicó que «la propuesta de referendo está en la mesa de discusión».
Dilma Rousseff está suspendida de su cargo por la Cámara Alta brasileña mientras se estudia si es somerida a un juicio político por supuestamente haber maquillado los fondos públicos.
En mayo, el Senado de Brasil votó a favor del juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff, por lo que fue separada de la presidencia por un período de 180 días.
Para que Dilma pierda definitivamente la jefatura del Estado se requeriría el apoyo de 54 de los 81 miembros de la Cámara alta.
Esta maniobra de juicio político es interpretada por los analistas como un golpe de Estado parlamentario contra el Gobierno progresista, y un atentado feroz contra las políticas sociales.