Rusia, China y otros países del Consejo de Seguridad condenaron la agresión de mercenarios contra Venezuela

Durante una sesión desarrollada por videoconferencia, un grupo de naciones rechazó la incursión terrorista del pasado 3 de mayo y llamaron a reprobar la acción

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La causa venezolana consiguió ayer una contundente victoria en el seno del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, cuando, a propósito de la petición de Rusia de abordar la situación en Venezuela tras los ataques fallidos de mercenarios para derrocar al presidente Nicolás Maduro, la mayoría de las naciones participantes rechazaron los ataques contra el país y solicitaron respeto a su soberanía.

El escenario de la discusión fue una sesión realizada vía videoconferencia en la que el representante de Rusia, Dmitry Polyanskiy, aseguró que la violación sistemática de la soberanía de Venezuela es un problema serio que afecta la seguridad y estabilidad de la región.

Prosiguió su exposición con un resumen de la Operación Gedeón, de la cual dijo que a la fecha se contabilizaban 47 detenidos por el Gobierno venezolano. Enfatizó que en este grupo dos mercenarios eran estadounidenses «que confesaron que su misión era primero entrenar a las fuerzas para que entraran a Venezuela, segundo, tomar control de un aeropuerto para garantizar el transporte del presidente Maduro para llevarlo a Estados Unidos (EEUU)».

Igualmente, recalcó la existencia de un contrato, con fecha 19 de octubre de 2019, firmado por el diputado venezolano Juan Guaidó y la empresa Silvercorp por un monto de 200 millones de dólares. Reitero que el objetivo de dicho acuerdo era deponer por la fuerza al actual Gobierno legítimo de Venezuela.

Nebenzia también analizó el papel de Colombia en la incursión terrorista. Dudo que las autoridades de esa nación desconocieran los preparativos del ataque. «Las autoridades locales dicen que no tenían nada que ver en esto, me gustaría creerles», expresó al respecto el diplomático.

Nombró al secretario de Estado estadounidense, Michael “Mike” Pompeo, quien negó la participación de sus país en el asunto. Sin embargo, el ruso señaló la confiscación de gran cantidad de armas de alto calibre que iban a utilizarse para generar caos interno y atacar infraestructura clave en Venezuela.

«Esto es un acto de agresión y debe ser condenado», sentenció Nebenzia, quien destacó las iniciativas de las autoridades venezolanas para advertir sobre la preparación de paramilitares en países vecinos.

Recordó que el Consejo de Seguridad se ha pronunciado sobre países que reclutan y adiestran a mercenarios. También sostuvo que históricamente Estados Unidos ha manifestado, y ha actuado en consecuencia, que América Latina es su patio trasero.

El diplomático ruso trajo a colación la operación antinarcóticos actualmente ejecutada por Estados Unidos en el Caribe, emprendida luego poner precio a la cabeza del presidente Nicolás Maduro. También cuestionó la intervención del país norteamericano para bloquear los barcos iraníes que transportan combustible hacia Venezuela. Por último, distribuyó una propuesta de nota de prensa entre las delegaciones participantes en la que se rechazan los hechos violatorios del Derecho internacional ocurridos en la República Bolivariana.

VENEZUELA DE LOS VENEZOLANOS

Otra de las posiciones contrarias al intervencionismo fue la del representante de China, Ma Zhaoxu, quien rechazó el uso de la fuerza “contra la independencia y la soberanía de los países”, al igual que cualquier forma de injerencia en los asuntos internos de las naciones, acciones que violan la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho internacional.

En este sentido, instó a todas las partes vinculadas con la situación en Venezuela “a que sean comedidos, que no utilicen la fuerza ni la amenaza de la fuerza o acciones que puedan escalar las tensiones y agraven la situación”.

Le recordó a los integrantes del Consejo de Seguridad que es parte de sus responsabilidades hacer que se respeten los principios básicos de la ONU, que se respete el Derecho internacional y se cumplan los acuerdos establecidos para las relaciones entre Estados.

Invitó al Gobierno de Venezuela “y a las partes involucradas” a iniciar un diálogo que promueva soluciones a largo plazo “a través de medios específicos”. “El futuro de Venezuela debe ser construido por los venezolanos, a la luz de su Constitución y las aspiraciones de su pueblo, de acuerdo con la Carta (de la ONU)”, expresó el diplomático, quien además propuso como tarea “primordial” el combate a la pandemia.

APOYO AL PROCESO INTERNO DE PAZ

El embajador de Sudáfrica concordó con su similar de China en que “solo los venezolanos pueden resolver por medio del dialogó los retos políticos que confrontan”.

Señaló que de acuerdo a la Carta de Naciones Unidas, la soberanía y la integridad territorial de Venezuela deben respetarse, por lo que “cualquier intento de cambio de régimen no puede ser aceptado”.

Solicitó también el apoyo al proceso interno de paz “sin imponer precondiciones a los venezolanos”. Y dijo conocer los “continuos intentos” por tratar de cambiar el Gobierno venezolano mediante la generación de conflictos en la región. “No queremos que esto ocurra”, dijo.

“Insistimos en la necesidad de respetar la Constitución de Venezuela y la separación de poder que esta instaura. Además, subrayamos que de conformidad con la Carta de Naciones Unidas la soberanía de Venezuela debe ser respetada por todos”, manifestó el representante sudafricano.

Otros embajadores, como el de Nigeria, instaron a la comunidad internacional a trabajar a favor del pueblo de Venezuela; la representante de San Vicente y las Granadinas llamó a retirar las medidas punitivas unilaterales contra Venezuela.

UNA CAMPAÑA SISTEMÁTICA

Por su parte, el embajador venezolano, Samuel Moncada, agradeció la convocatoria a la reunión para discutir los acontecimientos en Venezuela, especialmente los ocurridos el pasado 3 de mayo, “ así como la inminente amenaza de un ataque armado en un inminente quebrantamiento de la paz”, en el país y en toda la región.

Señaló que al firmar la Carta de las Naciones Unidas los signatarios se comprometieron a “tomar medidas colectivas eficaces para prevenir y eliminar amenazas a la paz, suprimir actos de agresión u otros quebrantamientos de la paz y lograr por medios pacíficos, y de conformidad con los principios de la justicia y el Derecho internacional, la solución de controversias o situaciones internacionales que puedan conducir a quebrantamientos de la paz”. “Hoy en día, esta disposición ha sido violada, con impunidad, y con pleno desprecio de la Carta”, aseguró.

Recordó que en la carta dirigida al Consejo de Seguridad, con fecha de 13 de mayo de 2020, se demostraron las agresiones armadas contra Venezuela cometidas por los gobiernos de Estados Unidos y de Colombia, que facilitaron la planificación, el entrenamiento y la financiación de los ataques.

Indicó que hoy día los gobiernos de esas naciones continúan protegiendo a “los grupos mercenarios y terroristas que ejecutaron un ataque armado con el objetivo de perpetrar, primero, asesinatos indiscriminados de población civil inocente, segundo, asesinatos selectivos contra altos funcionarios de mi gobierno, y tercero el asesinato del presidente Nicolás Maduro”.

“Esto es una evidente violación de la Carta de las Naciones Unidas, del Derecho internacional y de múltiples resoluciones de este Consejo de Seguridad, que son legalmente vinculantes para todos los Estados miembros. Los gobiernos de Colombia y de los Estados Unidos de América infringieron sus obligaciones pertinentes en virtud del Derecho internacional, en particular las previstas en las siguientes cuatro resoluciones”, expresó Moncada, quien detalló las resoluciones del Consejo de Seguridad que condenan “el reclutamiento de mercenarios y la concesión de facilidades a estos con el fin de derrocar a los gobiernos de los Estados miembros de las Naciones Unidas”; la norma que llama a “prevenir y reprimir en sus territorios, por todos los medios lícitos, la preparación y la financiación de todo acto de terrorismo”, y la que invita a las naciones a prestarse “asistencia mutua, en la mayor medida posible, para prevenir, investigar, enjuiciar y castigar los actos de terrorismo”.

Arremetió nuevamente contra Estados Unidos y Colombia, a los que acusó de negar “cualquier tipo de asistencia y cooperación a las autoridades venezolanas competentes a fin de establecer los hechos y evitar la impunidad asegurándose de que los responsables sean llevados ante la justicia”.

Moncada informó sobre al menos tres nuevos acontecimientos que constituyen la “continua y sistemática campaña de agresiones” a Venezuela: en primer lugar, la inclusión de Venezuela por parte de EEUU “en una lista ilegal y unilateral” para culparla “falsamente” (…) “de no cooperar plenamente con los esfuerzos de lucha contra el terrorismo”. Medida que califico de cínica puesto que se ejecutó días después de un ataque armado con mercenarios y terroristas, con el pleno apoyo de funcionarios del Gobierno estadounidense.

En segundo lugar, agregó el embajador, está la denuncia hecha contra Estados Unidos por admitir “abiertamente que presiona a las empresas para que se abstengan de suministrar gasolina a Venezuela, lo que ha dado lugar a la actual escasez que existe hoy en día en todo el país”.

El embajador se preguntó, ¿qué pasaría si en medio de la pandemia de Covid-19 la ciudad de Nueva York se quedara deliberadamente sin gasolina? “Indudablemente, daría cuenta de un crimen contra la humanidad, que es precisamente lo que el Gobierno del presidente Donald Trump está perpetrando actualmente contra treinta millones de venezolanos”, respondió.

Y en tercer lugar, recordó que el 13 de mayo, “medios de comunicación internacionales revelaron la existencia de una “unidad de reconstrucción de Venezuela” del Ministerio de Relaciones Exteriores y de la Mancomunidad Británica, por medio de la cual se mantuvieron conversaciones entre funcionarios del Reino Unido, figuras de la oposición venezolana y los conspiradores de la reciente incursión armada sobre la promoción y la necesidad de dar garantías de un estatus preferencial a las empresas británicas en mi país después de que el acto de agresión se llevara a cabo con éxito. Esta nueva evidencia que ahora salió a la luz pública, junto con el saqueo de más de 1.700 millones de dólares en oro venezolano por parte del Banco de Inglaterra, demuestra una vez más que el Gobierno británico es un cómplice oportunista en el saqueo colonial de las riquezas venezolanas”.

Basado en la resolución 3314 (XXIX), en la que se define la agresión como “el uso de la fuerza armada por un Estado contra la soberanía, la integridad territorial o la independencia política de otro Estado, o en cualquier otra forma incompatible con la Carta de las Naciones Unidas”, Moncada instó al Consejo de Seguridad “a cumplir con los deberes y responsabilidades que le encomienda la Carta de las Naciones Unidas en relación con el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales”.

Pidió que se determine “de una vez por todas no solo la amenaza que las políticas belicistas de los gobiernos de Colombia y de los Estados Unidos de América representan para la paz tanto de Venezuela como de toda la región, sino que reconozca los actos de agresión que se han cometido contra” Venezuela.

También exigió a Estados Unidos y a Colombia que pongan fin de inmediato a sus prácticas delictivas, “el uso o la amenaza del uso de la fuerza y la comisión de nuevos ataques armados, incluso mediante la utilización de mercenarios y terroristas”.

Acusó a Estados Unidos y a sus aliados de crear “un espacio sin ley en las relaciones internacionales en el que pueden desconocer sus obligaciones en virtud del Derecho internacional e imponer prácticas tiránicas, caprichosas y coloniales al resto del mundo”.

EEUU DEVUELVE LA PELOTA

La sesión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, realizada ayer mediante videoconferencia, para discutir la incursión en Venezuela ocurrida el pasado 3 de mayo, fue un espacio que Estado Unidos aprovechó para defenderse de las acusaciones que lo señalan como líder del complot y para denunciar sin pruebas al Gobierno venezolano.

Kelly Craft fue la voz de Estados Unidos, y quien en las primeras de cambio calificó de pérdida de tiempo las acusaciones de la representación rusa.

Craft otorgó un tratamiento similar a los argumentos ofrecidos por el embajador venezolano Samuel Moncada, a los que calificó de forma despectiva como «una compilación de acusaciones falsas y fantásticas».

Insistió en no reconocer al Gobierno del presidente Nicolás Maduro, a quien tachó de corrupto e ilegítimo y lo acusó de cometer más de 7.000 asesinatos extrajudiciales.

En su alocución, la representante de Estados Unidos cuestionó las medidas gubernamentales para prevenir la transmisión de la Covid-19 en Venezuela, a pesar de que la Organización Mundial de la Salud ha respaldado públicamente las iniciativas del Gobierno Bolivariano. Según Craft la estrategia venezolana se basa en la detención de médicos y periodistas que quieren informar al público, y por eso busca distraer la atención con estrategias como la de presentar una incursión armada.

T/ Romer Viera
F/ Agencias
Caracas