El primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, instruyó este jueves al Gobierno controlar la espiral de precios y frenar el incremento del desempleo, en otro año adverso para la economía con tendencia a una prolongada recesión.
Medvédev planteó al gabinete como tareas fundamentales el freno de los costos al consumo, sobre todo en los rubros de alimentos y medicinas, así como mantener un control sobre el mercado laboral, donde en enero se registró una tendencia a un incremento de la tasa de desempleo en algunas regiones.
Durante la reunión con el Ejecutivo el primer ministro instó a su equipo a un máximo de esfuerzo para mitigar las consecuencias negativas de la crisis en la población.
Según el Comité Nacional de Estadísticas (Rosstat), el índice de desocupación oficial cerró en diciembre en 5,8 por ciento respecto a la Población Económicamente Activa.
El ministerio de Desarrollo Económico pronosticó un algoritmo similar para 2016, pero el propio Gobierno reconoció que existen riesgos de una subida del indicador laboral superior a los seis puntos porcentuales a nivel nacional.
Medvédev indicó en la sesión de trabajo de este jueves que la ayuda gubernamental debía dirigirse a los segmentos más desfavorecidos de la sociedad como los jubilados, discapacitados y las familias de bajos ingresos.
Pese a las extremas tensiones del Presupuesto, debemos cumplir las obligaciones sociales. Es así absolutamente, reiteró el mandatario.
Se informó asimismo durante la reunión que los ministerios pertinentes trabajarán una semana más sobre el plan de acciones enunciadas por las autoridades rusas para capear la crisis y llevar a cabo una estrategia de crecimiento en el presente año.
Dijo Medvédev al respecto que el plan fue diseñado de manera escrupulosa y es ejecutable en la práctica.
El Gobierno estima la cuantía de la ayuda a la economía en unos 880 mil millones de rublos, poco más de 12 mil 570 millones de dólares, al cambio actual, notificó el titular de Desarrollo Económico, Alexéi Uliukaev.
Los citados reembolsos serán destinados a financiar en primer lugar los sectores industrial, automotriz, construcción de maquinarias, vivienda e industria ligera.
Medvédev, puntualizó, no obstante, que el Ejecutivo «no tenía la intención de asumir obligaciones imposibles en la ejecución del nuevo plan». Según él, la economía rusa ya comenzó a adaptarse a las condiciones externas, matizadas por la baja de las cotizaciones petroleras.
El proyecto anticrisis está en la fase final antes de que sea sometido a un escrutinio de la Duma estatal (cámara baja). Se maneja como fecha definitiva de entrega el 29 de febrero. Hacienda y Desarrollo Económico son las carteras responsables.