Sable de Bolívar retornó a Carabobo

El sable que Simón Bolívar usó en la batalla de Carabobo, convertido ahora en una mole metálica, se eleva como monumento a la entrada del inmortal campo. Quienes se acercan por ahí en estos días pueden apreciar, desde afuera, la escultura simbólica elevada en el espacio, con una media inclinación como si estuviese sujeta con la mano a la altura de la cintura. Detrás se levanta otra estructura alegórica que representa a los lanceros.

El monumento, como parte del conjunto de obras ordenadas por el presidente Nicolás Maduro y la Comisión Bicentenaria, con motivo de los 200 años de la batalla que selló nuestra independencia, fue concluido recientemente; la grama ya enraizó en el suelo , y los contratistas se retiraron del lugar.

Adentro, en el interior del parque, un grupo de obreros remata los detalles menores pendientes, sobre todo en lo que se refiere a la vialidad, limpieza general, jardinería, pintura. Mientras, en la autopista hacia el campo de Carabobo, las cuadrillas de obreros se encargan de limpiar los bordes con machete, arrancar el monte, y barrer la isla de la vía en cuya superficie aparecen dibujados los murciélagos insignias del gobernador Rafael Lacava.

Desde la cerca externa del parque Carabobo se observa el tránsito de equipos y vehículos militares, tanques de guerra, camionetas artilladas, camiones, y el ajetreo de un grueso pelotón de soldados que se preparan para los actos del 24 de junio próximo.

En uno de los extremos del llamado “Monumento Bicentenario”, está una especie de mural metálico, retirado de la pared de fondo, con Bolívar a caballo detrás de su perro Nevado. Le siguen soldados y oficiales que lo acompañan en la llanura de campo de Carabobo.

En una visita de inspección realizada el 2 de junio pasado, la vicepresidenta Delcy Rodríguez constató el avance de las obras y confirmó que “faltaba poquito” para culminarlas. Durante el recorrido entregó una flota de 20 autobuses Youtong al gobernador Rafal Lacava para incluirlos en la ruta turística que se montará hacia Campo de Carabobo, para que los visitantes puedan apreciar y admirar las bellezas del parque y la histórica gesta allí cumplida por el ejército patriota.

“Hemos venido aquí a pasar revista a las obras que el presidente Nicolás Maduro ha querido entregar al pueblo de Venezuela, (…) se aproximan los 200 años de la victoria del pueblo de Venezuela antiimperialista en Carabobo”, expresó Delcy Rodríguez.

La nota de prensa de la vicepresidencia informó que durante esta inspección, Rodríguez , al referirse a las unidades autobuseras señaló que “Estas unidades de transporte se incorporarán al circuito histórico y turístico que tendrá el Campo de Carabobo. Vamos a tener visitas diarias de nuestros niños, niñas adolescentes y adultos”.

Así mismo, la vicepresidenta informó que el Ministerio para el Turismo estableció contactos con tours operadores nacionales e internacionales para que se incorporen a la ruta creada por el Bicentenario.

También señaló que todo el pueblo venezolano desde ya se encuentra celebrando el inicio de la ruta de Carabobo.

“Está todo el pueblo venezolano tomado por el espíritu de la Batalla de Carabobo, que sigue estando presente hoy y define nuestro futuro invicto de victoria frente a los poderes que pretendan extorsionar y someter al pueblo de Venezuela”, advirtió Rodríguez.

Por su parte, el gobernador Rafael Lacava agradeció al Ejecutivo Nacional que ha diseñado, organizado y generado las condiciones para que el Campo de Carabobo se convierta en la identidad de esta tierra.

“Me siento profundamente orgulloso de coincidir en estos 200 años, como gobernador. El pueblo de Carabobo está profundamente contento por lo que aquí estamos viendo. El Campo de Carabobo tiene que ser visitado por cada uno de los venezolanos”, resaltó Lacava, quien no ocultaba su satisfacción.

Monumento Bicentenario

La réplica del sable de Bolívar que se instaló en la entrada del Campo de Carabobo, dentro del llamado Monumento Bicentenario, tiene una altura de más de 30 metros y su peso supera las 20 toneladas, según dijo en anterior oportunidad al Correo del Orinoco, Juan José Ramírez Luces, viceministro de Planificación y Obras Públicas del Ministerio del Poder Popular de Obras Públicas. La obra rememora el sable que el Libertador obsequió al general Rafal Urdaneta.

Ramírez explicó que se ejecutaban 20 proyectos dentro del conjunto total de obras en el campo de Carabobo, incluyendo el monolito levantado en el lugar donde murió Manuel Cedeño, ubicado en las afueras del campo, en el sector llamado Manzano. El monolito fue refaccionado y pintado.

Entre otros trabajos, Ramírez Luces señaló el “monumento a la escolta de la bandera”, al que se le hizo una rehabilitación total. También se le hizo un trabajo de reconstrucción y rehabilitación a la tribuna presidencial. Se intervinieron todos los monumentos de los próceres y el Arco del Centenario con un gran trabajo de remoción de la pintura que se había ido acumulando durante tantos años. Igualmente, se abordó el llamado espejo de agua, el altar de la patria, en el área del mirador. En las vías internas y externas se colocaron 400 toneladas de asfalto.

El conjunto de monumentos del campo de Carabobo, de acuerdo a las reseñas históricas, fue levantado para conmemorar los primeros cien años de la batalla en 1921, durante el Gobierno de Juan Vicente Gómez. Las obras se concluyeron por etapas hasta 1936.

El arco monumento es obra del arquitecto Alejandro Chataing. Es un arco sostenido por dos columnas de 28 metros de alto y contiene más de doscientas piezas ornamentales, entre ellas, en lo alto del monumento, dos relieves con los rostros de José Antonio Páez (parte posterior) y Simón Bolívar (parte frontal), quien dirigió la triunfal batalla el día 24 de junio de 1821. A lo pies del arco se encuentra la tumba al soldado desconocido, con la que se honra al grueso de soldados desconocidos que fallecieron en combate. El campo fue declarado Monumento Histórico Nacional el 3 de junio de 1961.

Cuenta regresiva

Ayer lunes el presidente Nicolás Maduro inició la cuenta regresiva para la celebración de los 200 años de la Batalla de Carabobo, gesta heroica que dio la liberación definitiva a la Patria.

“¡Feliz inicio de semana! Solo faltan 10 días, se acerca el 24 de junio, una fecha grande y gloriosa para Venezuela, el Bicentenario de la Batalla de Carabobo. Son tiempos de victoria, tiempos de la Patria Grande. ¡Viva Bolívar y todos nuestros Libertadores y Libertadoras!”, expresó el Jefe de Estado en su cuenta de Twitter.

A lo largo de todo este año, el presidente Maduro se ha referido a la magna fiesta de Carabobo en cada una de sus intervenciones públicas, enfatizando en la trascendencia de la fecha y la importancia que reviste en estos tiempos cuando Venezuela libra otra lucha heroica enfrentada al bloqueo y las sanciones criminales impuesta por el gobierno de Estados Unidos.

Maduro ha ordenado una serie de obras a nivel nacional, que se desarrollan paralelamente con actividades culturales, embellecimiento de las ciudades, pintadas de murales, mientras que la antorcha libertaria y bolivariana recorre estados, ciudades y municipios del país, desde el pasado 19 de abril.

“Cuantas cosas estamos haciendo para poner a Venezuela bonita, patriota”, señaló el presidente la semana pasada durante el miércoles productivo. Allí de nuevo exaltó la figura del Negro Primero, símbolo del sacrificio y la participación del pueblo en la guerra de independencia.

“El Negro Primero es parte de las “tres potencias””, señaló al aludir a la utilización de la figura de Pedro Camejo en ciertos ritos y creencias populares.

En una de sus tantas reflexiones en torno a Carabobo, en su intervención de la semana pasada, habló del ejercito español y de la gesta de Bolívar liberando pueblos en Suramérica: “La batalla de Carabobo que significó la derrota definitiva del ejército del imperio español, que era de los mejores ejércitos de Europa, los más armados, con las mejores armas, caballos, recursos, billete, oro y no pudieron con el Negro Primero, no pudieron con Bolívar, no pudieron con los lanceros que iban a pie, a caballo. No pudieron con nosotros. Bolívar después de la victoria del 24 de junio viene a Caracas, revisa los planes y se va a Suramérica, a liberar a los pueblos del sur, en Pichincha, en Ecuador, a liberar a Ecuador que para entonces era la provincia de Quito. A entregarle la libertad a nuestro hermano pueblo ecuatoriano. Pichincha, y luego entregarle la libertad definitiva al Perú. A Bolívar lo llaman al Perú. Lo nombran presidente, dictador. Le dan todos los poderes sobre el Estado, el Gobierno, el ejército, y le dicen: Bolívar, sálvanos, que la independencia se pierde. Y Bolívar poco a poco en medio de grandes tropiezos, traiciones, mucho traidor allá. Con Antonio José de Sucre, Toñito, organizan un poderoso ejercito y se van a buscar a los españoles. Cuentan que para la batalla de Junín, Bolívar iban de primero para dar el ejemplo a todos los soldados, y cuando los soldados españoles vieron que era Bolívar que venía al frente con una lanza gritando muerte a la colonia, salieron despavoridos. Huyeron, se fueron, como dice por allá…”.

T y F/Manuel Abrizo