Por Beatriz Aiffil|Saint John KKK (Opinión)

“Árboles sureños dan una fruta extraña,/ sangre en las hojas y sangre en la raíz,/ los cuerpos negros balanceándose en la brisa sureña,/ extraño fruto que cuelga de los álamos”. Así comienza un poema que sirve de base a Amina Baraka para reclamar al corazón de Estados Unidos por la suerte de tantos hermanos negros linchados impune, injusta y arbitrariamente durante los siglos XIX y XX. Y después de pasar por ojos saltones y bocas torcidas, finaliza: “Aquí está la fruta para que los cuervos arranquen,/ para que la lluvia reúna, para que el viento sorba,/ para que el sol pudra, para que los árboles dejen caer,/ he aquí una extraña y amarga cosecha”.

Entonces comienza el reclamo de Amina, más fuerte más retador, más descriptivo… No solo pasa por el recuerdo de las bocas y ojos sino que va desglosando a un ser que cuelga de un árbol hasta que ese ser se vuelve colectivo, hasta que ese ser son todos los negros que murieron linchados, torturados, quemados, golpeados que invitan a quemar la bandera confederada que trae la hipócrita burguesía invitando a pelear sus guerras. Y ese colectivo se llena de todos aquellos excluidos de la filosofía que mueve a la nación estadounidense y que ellos decidieron extinguir en distintos momentos, empezando por los negros, por supuesto. Y el asunto se viene para el siglo XXI. Y los linchamientos persisten.

Ese país que no aguanta un examen sincero sobre derechos humanos, le da lecciones a la humanidad sobre No-Violencia y No-Discriminación. Y envía a sus “mensajeros de la paz” por el mundo a llevar hermosos mensajes como el de ese señor del Comando Sur, quien ora por nosotros todos los días y declara como quien no quiere la cosa en CNN, justo en CNN, que su país está dispuesto a actuar apenas se le llame para salvar al pueblo venezolano si nos falta agua y comida. Es eso que ellos llaman intervención humanitaria. ¡Aleluya! Estamos salvados… Ya tienen un Nobel de la Paz, les falta un santo y podemos candidatear de una vez a John Kelly. Saint John KKK.

Son los mismos Estados Unidos del siglo de Simón Bolívar, los mismos del siglo de la bandera confederada, los mismos que parecían estar destinados por la Providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad. Los linchamientos de negros continúan. La premonición bolivariana sigue en pie.

baiffil@gmail.com

Urge traslacion al ingles. No pierdan esas oportunidades kkk