La sonrisa de un bebé es encantadora, pero muchos no saben que esta puede ser una de las primeras formas de comunicarse y representa el inicio del desarrollo cerebral de los niños.
«Entre el primer y segundo mes de vida, el niño ya se esboza la primera sonrisa intencional y con esto, la primera expresión social», explica la psicóloga infantil Daniella Freixo de Faria.
Según la especialista, la sonrisa existe y se manifiesta antes de que nazca el bebé, pero hasta el primer mes de vida no es intencional. «Esta función está disponible y, a partir de su nacimiento, el bebé también lo hace, ya que probablemente lo hizo en el vientre, pero en este caso como una expresión facial, aún sin intención», dice Faria.
La sonrisa también indica cómo se encuentra el desarrollo del cerebro del niño. «Reconocer los rostros, sonreír, reírse y hacer sonidos son pasos que muestran claramente el cerebro en desarrollo», dice la experta.
SE DEBE INCENTIVAR LA SONRISA
Para Faria, estimular a los niños a sonreír desde los primeros meses de vida es mucho más que un intercambio de amor entre padres e hijos: «Los padres deben hacer juegos simples que emiten sonidos y gestos divertidos cantar canciones, jugar con el pie del bebé, etc.”.
El experto dice que estos momentos convierten una sonrisa en una risa con sonidos, lo que ayudaría a desarrollar al pequeño.
Es un hecho que la sonrisa es buena para la salud. Cada sonrisa induce el cerebro a producir y liberar más endorfinas, un neurotransmisor asociado con sensaciones placenteras y de bienestar, además de ser un potente analgésico natural.