En dos tandas recibieron ayer sus títulos –avalados por la Universidad Bolivariana de Venezuela– de licenciadas y licenciados, técnicas y técnicos superiores universitarios (TSU) y de abogadas y abogados un total de 731 triunfadoras y triunfadores de la Misión Sucre oriundos de cinco municipios merideños del sur del Lago.
Las y los graduandos se titularon en las carreras de Comunicación Social, Gestión social para el Desarrollo Local, Gestión Ambiental y Estudios Jurídicos.
“Estamos egresando a estudiantes de los municipios Obispo Ramos de Lora, Caracciolo Parra Pérez, Tulio Febres Cordero, Andrés Bello y Julio César Salas, que terminaron su escolaridad en el año 2009. Es una deuda que teníamos”, explicó La coordinadora regional de la Misión Sucre para el estado andino, Xiomara Noguera.
El acto de grado, el tercero de los programados hasta el 2 de diciembre en esta entidad, se realizó en Nueva Bolivia, capital del municipio Tulio Febres Cordero. Estudiantes wayúu cantaron el himno nacional en su idioma, el wayuunaiki.
El coordinador (E) del programa de Comunicación Social en Mérida, Rogelio López, informó que de El Vigía, se graduaron nueve profesionales en esta área, mientras que del municipio Libertador recibieron título 25 licenciadas y licenciados y nueve TSU. En total, al completarse todos los actos, se graduarán 3.892 triunfadoras y triunfadores.
A la ceremonia celebrada en Nueva Bolivia asistieron el diputado del Partido Socialista Unido de Venezuela, Ramón Lobo, y los alcaldes Ramón Rodríguez, de Andrés Bello; Moisés Pereira, de Obispo Ramos de Lora, y William Díaz, de Tulio Febres Cordero.
El alcalde Díaz explicó que, las políticas de inclusión del Gobierno Bolivariano impulsaron el desarrolló de la municipalización de la educación “que se traduce en su socialización como vía para formar al nuevo republicano y lograr una sociedad de iguales”.
CONTRA LA EXCLUSIÓN
Con su boina y toga azules, Mayerlin Rondón, de 25 años, una de las y los 57 licenciadas y licenciados en Educación Integral, expresó que estuvo a punto de quedarse sin ir a la universidad: “Terminé la escolaridad en septiembre del 2009. Cuando salí de bachillerato no pude presentar la prueba de la Universidad de Los Andes (ULA), porque me quedaba muy lejos y no tenía dinero. Hice el curso en la Misión Sucre de la Azulita y logré esta meta. Me quedé en mi pueblo y allí estudié mi carrera, ya que el Presidente nos dio la oportunidad”.
Maira Quincena, del poblado de Guachizón (municipio Obispo Ramos de Lora), graduada de licenciada en Educación Inicial, comentó que la Misión Sucre le permitió estudiar con facilidad los fines de semana, pues está casada y tiene un bebé.
Josefina Hernández, ahora abogada, trabaja como asistente en los tribunales de Mérida y habita en Santa Elena de Arenales (municipio Obispo Ramos de Lora), dijo que se estaba realizando su sueño realidad, pues desde hacía años quería cursar estudios jurídicos.
“Hace siete años intenté entrar a la ULA, pero en la prueba interna saqué 52 puntos y necesitaba 60 para lograr el cupo. Gracias a Dios, llegó esta oportunidad y hoy lo estoy logrando. Tenía sin estudiar como 12 años. Fue fuerte, pero el apoyo de la familia le da a uno esa fuerza para continuar”, manifestó Hernández.
LAS UNIVERSIDADES ANTES QUEDABAN LEJOS
Sobeida Cárdenas, quien estudia octavo semestre en Gestión Social y recibió su título de TSU. Contó que que no tenía mucho chance de continuar sus estudios en el poblado Caño Zancudo (municipio Obispo Ramos de Lora), pues allí sólo se impartían clases hasta sexto grado:
“Era muy difícil sacar una carrera universitaria, porque había que irse a Mérida, Maracaibo o Caracas. Antes las universidades eran ésas y quedaban lejos. Luego salió la (universidad) Simón Rodríguez, pero ahí sólo entraba la gente que salía del liceo. La mayoría nos quedábamos rezagados, allí moríamos, porque ¿dónde más íbamos a estudiar?”