El presidente Nicolás Maduro en su Mensaje Anual a la Nación del 2015 ante la Asamblea Nacional (AN) informó que las reservas certificadas de petróleo alcanzaron la cifra de 300 mil 730 millones de barriles, y las de gas 200 mil 878 millones de pies cúbicos.
La República Bolivariana de Venezuela se consolida como la mayor reserva de petróleo del mundo, en medio de una crisis económica nacional, propiciada principalmente por la fijación del precio del barril en el mercado internacional por intereses geopolíticos.
La importancia de las reservas aumenta exponencialmente, dado que el precio del barril de petróleo, producto de la sobreoferta del crudo, responde a una estrategia macro, en la que controlar los reservorios remanentes del hidrocarburo líquido es el objetivo, y el valor del crudo, un mecanismo.
Debilitar a las economías petroleras coadyuva en la maniobra por desintegrar y/o dividir a los Estado Nación con reservas, en pequeños paisitos, de más fácil manejo, y sin la posibilidad de mantener la soberanía sobre sus recursos.
Las reservas son un elemento clave en la geopolítica mundial, condicionada por su control durante todo el siglo XX, y con mayor relevancia en el XXI, por lo que resulta crucial entender que su importancia estratégica solo crece a medida que avanza la crisis global del capitalismo, con su impacto en Venezuela.
Pretender que el modelo económico fracasó es un simplismo de corto aliento, dado que sin la política redistributiva aplicada durante los últimos años las condiciones económicas actuales superarían las bases de la paz social que tenemos.
Cómo aplicar medidas de orden macroeconómico necesarias conservando la inversión social es de una gran complejidad, en medio de un precio por barril de petróleo, que ajustado por inflación, se encuentra entre los más deprimidos desde 1974, casi a la par de 1998.