¿Se vienen las dictaduras digitales?

El lugar más poblado del planeta es Facebook con 1.860 millones de usuarios y la batalla más importante que debe librar la humanidad por su liberación se encuentra en los medios, opina el connotado investigador argentino Atilio Borón

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Atilio Borón, politólogo, sociólogo, investigador y docente de la Universidad de Buenos Aires (UBA), participó recientemente en la ciudad argentina de Rosario de una charla-debate sobre geopolítica de la batalla de ideas. En un colmado teatro, analizó el presente de los medios de comunicación como un momento histórico en el que se cierra un ciclo de 50 años de dominio e influencia de la televisión, superada ahora por las redes sociales.

«¿Cuál es el lugar más poblado del planeta?», preguntó Boron a la platea de un teatro lleno, que respondía primero con dudas y después a los gritos: «China». «No», respondió el politólogo doctorado en Ciencia Política por la Universidad de Harvard. «Es Facebook, tiene 1.860 millones de personas como usuarios».

«La batalla más importante del imperio es la de los medios y lo hace de una manera extraordinariamente exitosa, porque es su principal teatro de operaciones y no lo han descuidado», describió el sociólogo sobre la capacidad de influencia de los medios de comunicación, cada vez más concentrados y con mayor poder de fuego.

LA REVOLUCIÓN NO SERÁ TELEVISADA

Borón. “El lugar más poblado del planeta no es China, es Facebook”

En un breve recuento histórico sobre los medios de comunicación, Borón destacó como grandes pasos históricos los que se dieron desde la prensa escrita a la radio de transistores, y luego, «el gran salto de la televisión», que se convertirá en «la máxima capacidad de penetración y eficacia proselitista». Para el disertante, la TV se transformó en «el medio por excelencia de formación de la opinión política» y su punto de consolidación como tal apareció en el famoso debate televisado entre los candidatos a la Presidencia de los Estados Unidos John F. Kennedy y Richard Nixon en 1960.

Nixon llevaba una ventaja muy significativa, pero la imagen televisiva de Kennedy, bien afeitado, joven, bien vestido, fue determinante. «Se hizo una investigación en donde se estudió a los que habían escuchado el debate por radio con respecto a los que lo habían visto por TV», rememoró.

Los investigadores se encontraron con que los oyentes radiales opinaban que Nixon había ganado ampliamente el debate y que votarían por él. El resultado era opuesto para los televidentes, que destacaban la presencia del candidato y hasta destacaban como menoscabó a Nixon su transpiración. A partir de ese momento, con el triunfo de Kennedy, «cambió el paradigma de los que hacen marketing político y pasó a dársele a la TV una importancia excepcional».

LA NUEVA ESTRELLA DE LA MANIPULACIÓN

Las redes sociales cerraron un ciclo de 50 años de dominación de la TV

Este reinado de la TV que se extendió durante décadas, según Boron llegó a su fin y lo remarcó la última elección en los Estados Unidos de noviembre del año pasado, con el triunfo de Donald Trump.

«Se verificó que la TV dejó de ser el medio de formación de opinión pública en las campañas electorales. ¿Y quién pasó a ocupar su lugar?: las redes sociales», indicó.

«La gran mayoría de la población de los Estados Unidos se informaba sobre la campaña a través de Twitter, Instagram, Facebook, etc.; y no más por la TV, que cayó en un segundo plano, muy lejos. Esto favoreció a Donald Trump. Si las redes sociales no hubieran existido y solo hubiera sido una campaña por TV, es muy probable que Hillary Clinton hubiera ganado porque tenía mucho más dinero puesto en la campaña, muchos, más y mejores spot, de buena calidad publicitaria con respecto a los de Trump, que eran bastante elementales. Pero Trump llegó a tener 5 millones más de seguidores en Facebook que Hillary. Esto, con el efecto multiplicador que tiene, fue uno de los elementos que le dio un potencial de votos fenomenal».

A la vez, el especialista también destacó que las redes sociales «permiten ser productores de noticias». «No aprovechar esto es un problema grave», advirtió.

LOS MEDIOS CONCENTRADOS E IMPUNES

«La concentración de la propiedad de los medios de comunicación, que tiene una deriva antidemocrática, y su transnacionalización son tan grandes que muy pocos gobiernos pueden resistir sus embates», señaló Boron, quien remarcó «que tienen la capacidad fenomenal de chantajear y extorsionar no solo a los gobiernos sino a los ciudadanos, a los partidos, a los sindicatos, a todas las organizaciones. Y están por fuera de cualquier control democrático».

Para el profesor de Teoría Política y Social, «en esta batalla geopolítica, que por supuesto tiene a Estados Unidos como usina del fenómeno, estos medios se han convertido en un gobierno invisible e incontrolable, que pone y saca presidentes».

«Según el investigador y documentalista australiano John Pilger, en 1983 había 50 corporaciones que poseían los principales medios globales, que en su mayoría eran estadounidenses. En 2002, o sea 15 años después, había disminuido de 50 a nueve. Hoy, dice Pilger, son solo cinco. Y Robert Murdoch, el gran magnate de los medios, dueño de la cadena Fox, ha predicho que hacia el final de esta década quedarán solo tres gigantes mediáticos y que la suya será una de ellas».

Claro que para Boron este poder de fuego mediático también es producto de una crisis política: «Los medios son tan importantes porque logran una eficacia de captación de voluntades que luego se trasladan a terreno electoral, que ningún partido de derecha puede lograr y mucho menos de la izquierda o del campo progresista».

DICTADURAS NO TRADICIONALES

«Estas tendencias de la concentración mediática no son nuevas y ya fueron advertidas tiempo atrás sobre el fenómeno de la prensa corporativa, que según Pilger comenzó hace 80 años, pero por supuesto se acentúa en los últimos 15 años», recordó. Ya en la década de los 80 en el famoso informe MacBride, hecho en el marco de la Unesco, se alertaba sobre la dictadura de los medios ya que expresaba que la creciente concentración y la falta de control llevaban a un inevitable desenlace autoritario. Es interesante que hoy, algunos analistas norteamericanos muy trascendentes como Sheldon Wolin, por ejemplo, hayan escrito o están advirtiendo sobre la involución autoritaria. Wolin habla de un totalitarismo invertido a diferencia del autoritarismo clásico, para referirse a la sociedad norteamericana y en donde en esa involución autoritaria el papel de los medios es fundamental, no hay debate sobre medios.

«Sobre esto alertaba McBride, sobre las mentiras sistemáticas que podía producir una prensa descontrolada en donde había ausencia de fuentes alternativas», insistió el investigador argentino, que recordó como ejemplo de engaños colectivos las falsedades que dieron origen a la invasión de Irak sobre las supuestas armas químicas en poder de Sadam Hussein y hasta el mismo atentado a las Torres Gemelas, cuya implosión luego de los impactos de los aviones aún generan dudas entre expertos en ingeniería y arquitectura que no han sido profundizadas.

La concentración de la propiedad de los mass media es antidemocrática

En tal sentido, recordó que el periodista estrella de The New York Times en los años de la Segunda Guerra, W.H. Laurence, fue enviado a Japón y llegó Hiroshima pocos días después del estallido de la bomba atómica. «Mandó un cable que se reprodujo en la tapa de The New York Times y que dice textual: «No hay radiactividad en las ruinas de Hiroshima».

FRACASO PROGRESISTA

«Si hay algo en que los gobiernos progresistas de izquierda de toda la región han fracasado, incluso en Cuba, es en la comunicación social. Fracaso absoluto», sentenció Atilio Boron. «La izquierda y el progresismo en general no han manejado el arte de los medios de comunicación de masas. El propio Fidel Castro decía a modo de chiste que Napoleón no tuvo suerte: si el único medio que hubiera habido entonces era el Granma (el diario de la Revolución Cubana) nadie se hubiera enterado de que perdió la batalla».

El especialista hizo mención al pasar, como ejemplo, de la experiencia del programa de televisión 678 (durante el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner). «Yo les decía -aunque nadie me escuchaba- que la mejor manera de contrarrestar el influjo negativo de Clarín (diario de ultraderecha de Argentina) no era haciendo un anti Clarín sino haciendo otra cosa».

También dijo que cuestionó a Página/12, diario del cual es columnista desde hace 30 años, «por pensar que por pegarle todos los días a (Mauricio) Macri en su primera plana lo iban a debilitar». «Yo me desesperaba, me desgañitaba, aunque no me hacían caso, diciéndoles que soy sociólogo y sé de lo que les hablo: ustedes le pegan todos los días a este personaje y al cabo de un rato lo logran victimizar y al fin y al cabo le hacen la campaña. No era esa la forma de combatirlo. Cualquier sociólogo por primitivo que sea sabe que aplicar una técnica de ese tipo tiene un efecto paradojal. Y así se pierde la ciudad (de Buenos Aires) en 2007», señaló.

«Es la falta efectiva de un conocimiento, de una tecnología, que yo no los culpo (a los sectores progresistas) porque es algo que nunca hicimos, mientras que Estados Unidos lo viene haciendo desde que empezó», reflexionó.

T/ Redacción Rosario.Com
F/ Archivo CO
Buenos Aires