Por Ileana Ruiz|El sentido del agua (Opinión)

Nos hace falta el agua. La ansiamos lluvia, manantial o grifo. En nuestra escuela primaria nos enseñaron que el agua es insípida, incolora, inodora, sin forma. ¡Cuánta información de bisutería aprendemos como dogmas! ¡Cuán fragmentado es el conocimiento transmitido!

El agua sabe a gloria cuando se bebe luego de un arduo camino o, al contrario, nos deja en el paladar un gusto a miedo si sabemos que es la última gota que tenemos a miles de kilómetros de distancia aun de nuestro destino.

En el manantial que brota de la roca huraña, tiene los colores del arco iris como en el espejo; en el fondo del pozo es negra, atrayente, erótica. Tiene tonos cálidos cuando se brinda en el Karibe o matices fríos como témpano ensimismado.

El agua huele a miseria absorbida por periódicos viejos que soportan las goteras cuando llueve sobre los ranchos; tiene mal aliento y hedor a dientes cariados cuando su ausencia acompaña la indigencia. Apesta a muerte en los floreros descuidados frente a las tumbas.

El agua tiembla de fiebre debilitante en las víctimas de la malaria; se evacúa del cuerpo en heces insustanciales padecidas de bilharziasis. ¿Hasta cuándo la ausencia de inodoros sépticos sembrará de urnas tempranas nuestros tardíos cementerios?

El conocimiento científico afirma que el agua en su estado líquido, toma la forma del envase que la contiene. ¿Y qué ocurre si es el agua quien nos contiene? ¿Tenemos alma de estanque o laguna? Si nuestro cuerpo es aproximadamente 60% líquido, si de tanta pena sentida se evapora el agua que se resbala por los párpados, ¿dejaríamos de fluir hacia nuestro destino para terminar concretándonos?

Se nos perdió en la historia el habla y uso del aljibe –y ni qué decir del chultón- ahora es un significante vacío al que cada quien que lo nombra debe definirlo. Se pierde el froallo, se desperdicia la lluvia, se disipa -como si nada- el relente que nos madruga.

¿Existen realmente 160 términos en inuit para nombrar la nieve, 70 palabras en gallego definen la lluvia, 123 vocablos yanomamis dicen río?

El caz está fuera de costumbre; los azudes pertenecen solo a los castores. ¿Cómo vamos a regar los plantíos? ¿Cómo tendremos acceso al otro extremo del terreno donde está la fuente? ¿Qué pasará con el sistema de riego por goteo?

El agua es un milagro que solo es posible percibirlo con el sentido fabulado. ¡Hay tanta agua por delante! Escribir es como tomar agua: deliciosamente saludable, osadamente peligroso.

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