Hemos creado la circunstancia vacía de una vida sin memoria. Nunca aprendemos a ver, solo miramos el espectáculo que nos sirven los medios. El planeta está desahuciado ante la voracidad del desarrollo económico que beneficia a las grandes transnacionales. Las experiencias de resistencia son de inmediato bombardeadas por la maquinaria simbólica que se apodera del saber y el hacer de lo que llamamos “ciudadanía”.
La humanidad se consume en su propia salsa, las altas temperaturas que registramos cada vez más lo confirman de manera literal. Amenazamos segundo a segundo toda la vida existente en nuestro planeta. El espectáculo de la comunicación nos lleva a construir una estética de lo insensible, la saturación de mensajes para promover el estilo de vida capitalista nos agobia, nos acorrala. Por todas partes se asoma y desestabiliza al sujeto que se embulle en la pornografía de una realidad que se nos impone y nos encontramos en lo más profundo de nuestra esencia.
Es un espejo que no nos refleja, sino que nos dibuja, que nos transforma de seres humanos en meros agentes guturales, un canal de deglución sin retorno. La sociedad certifica la existencia a partir de la aparición pública; es el catecismo del nuevo orden religioso: eres porque tienes huella en los medios, en las redes, la vida fuera de ello no vale. Te certifica la capacidad de tener y no de ser.
Pero no todo está perdido, hay posibilidad de acumular fe en la vida, en los miles o millones de seres que pueblan la Tierra que en su conciencia se resisten a ser avasallados por la corriente del desarrollo superfluo. Hay seres que luchan día tras día para que la vida sea sustentable, para que seamos lo más armónicos posibles con el entorno.
Sabemos que la condición de bienestar del ser humano tiene trazas imborrables en el universo, que sean lo más positiva posible debe ser nuestro norte, para que seamos dignos de habitar el vientre de la Madre Tierra. ¡Que podamos dejar un futuro a los que vendrán, los herederos de lo que hoy hacemos! Podemos elegir la forma en la que seremos recordados en nuestro paso por la Tierra. ¡No dejemos lo que somos en manos del sistema, seamos el sistema!