Tras el alto flujo de refugiados|Serbia y Turquía interpelan a la UE sobre crisis migratoria

Serbia demandó hoy a la Unión Europea (UE) una posición conjunta ante la crisis migratoria, mientras Turquía recordó al bloque regional que lleva años recibiendo refugiados y nunca les ha cerrado la puerta.

Con más de medio millón de personas llegadas a Europa en un flujo que ha provocado caos en varias naciones, Serbia (que no es parte de la UE) reclamó al grupo de los 28 una respuesta unida ante el fenómeno.

El ministro de Asuntos Exteriores, Ivica Dacic, manifestó que algunos países del bloque dejan entrar a los refugiados mientras otros levantan vallas y cierran fronteras para impedir el ingreso.

¿Debemos construir muros nosotros también?, reclamó el titular, y agregó que la UE debería proporcionar una respuesta conjunta al fenómeno.

Por su parte, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, se encuentra en esta capital para reunirse con autoridades europeas e intentar aprobar un plan coordinado de enfrentamiento a la crisis, considerada la peor desde la Segunda Guerra Mundial.

En declaraciones a la prensa, el mandatario recordó a la UE que Turquía acoge por sí sola a unos dos millones 500 mil refugiados sirios e iraquíes, para lo cual ha invertido más de siete mil 800 millones de dólares.

«Tenemos una frontera con Siria de 911 kilómetros y de 350 kilómetros con Iraq, así que nosotros somos los más amenazados y pese a esto no hemos cerrado nuestras puertas», señaló.

Agregó que tras asumir esa responsabilidad por años, están abiertos a todo tipo de ayuda en este sentido.

De su lado, el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, expresó que buscará una agenda migratoria común con Ankara, de cara a colaborar en el enfrentamiento a la crisis.

En una reunión celebrada en Ginebra, el vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, afirmó que uno de los principales retos del bloque ante la problemática es hacer entender a la opinión pública que la inmigración es beneficiosa para las sociedades de acogida.

De acuerdo con el representante comunitario, los europeos sienten amenazado su estatus social ante la llegada masiva de foráneos, y temen las diferencias étnicas, religiosas y culturales.

Por eso resulta necesario combatir esas creencias, defendió Timmermans, una postura que fue respaldada por el director de la Organización Internacional para las Migraciones, William Swing; y el alto comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, António Guterres.

De acuerdo con Swing, «tenemos que ayudar a las personas a superar sus miedos, a ir más allá de los estereotipos, del miedo a la pérdida de identidad. Lo que necesitamos es fomentar la cultura de los intereses y de los valores compartidos».

T/Prensa Latina
F/Archivo