Por: Carolus Wimmer
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En medio de dificultades y amenazas imperialistas contra la Patria, estamos de júbilo por el 234° aniversario del natalicio del Libertador Simón Bolívar, los 194 años de
la Batalla Naval del Lago de Maracaibo y el Día de la Armada Nacional Bolivariana, ratificando el espíritu de lucha y entrega por la Patria del pueblo venezolano y su Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) tal y como lo hicieran las heroínas y los héroes libertarios.
El pueblo venezolano, unido a su Fuerza Armada Nacional Bolivariana, este 24 de julio rememora como designio de la providencia, estos maravillosos y extraordinarios acontecimientos que constituyen significativos sucesos de nuestra historia.
El comandante Hugo Chávez con la claridad meridional que lo caracterizó y su capacidad para establecer nexos coherentes con el momento histórico que nos tocó y seguimos viviendo, señaló en el 228 aniversario del natalicio: …“No es día de panteón, ni coronas de flores, es día de fiesta Patria, hoy Bolívar vive más que nunca (…) Hoy nació Bolívar, está naciendo con nosotros y está naciendo la Patria nueva (…) Sirvamos al Bolívar vivo, al Bolívar eterno, al Bolívar que supo insuflar en nuestra América, el espíritu de la libertad y de la dignidad social”.
El Libertador es señalado correctamente como el “precursor del antiimperialismo y la unidad latinoamericana, ideólogo emancipador de los pueblos oprimidos, brillante militar, destacado político, quien se consolidó como líder que llevó a cabo la independencia de la Patria venezolana en contra del imperio español y que de igual manera libertó a Nueva Granada, ahora Colombia, a la actual Panamá, Ecuador, Perú y fundó a Bolivia. Hechos como estos que fueron acompañados en la creación de la Gran Colombia”, como lo expresó en un mensaje histórico el ciudadano General en Jefe Vladimir Padrino López, ministro del Poder Popular para la Defensa.
Hoy una vez más reposa sobre los hombros del pueblo venezolano y su FANB la responsabilidad de seguir garantizando, junto al pueblo venezolano, “la integridad
territorial de la Nación y su independencia”.
Una de las características del Libertador era su genial avizorar del futuro. Por ello mucho de sus mensajes tienen actualidad, nos ayudan para enfrentar las situaciones presentes.
Neruda, cuando canta a Bolívar, dice: “Tus ojos que vigilan más allá de los mares /más allá de los pueblos oprimidos y heridos / más allá de las negras ciudades incendiadas / tu voz que nace de nuevo, tu mano otra vez nace”.
Y Miguel Otero Silva afirma que las banderas de Bolívar están en manos del “pueblo que aún persigue por las rutas con sol / lo que la arrolladora voluntad de la sombra buscaba / Hoy la sombra está muerta, mas el pueblo está vivo / Pueblo vivo y en marcha con a mirada fija / En la bandera libre que tremoló la sombra”.
Hoy es importante hablar del Bolívar precursor del antiimperialismo, quien ya en 1823, todavía en medio de las luchas independentistas, tuvo que enfrentar a otro enemigo, al quinto presidente estadounidense, James Monroe, quien con la “Doctrina Monroe: América para los americanos”, abrió el camino a las pretensiones imperialistas de dominación de la hoy mayor potencia militar imperialista.
Bolivar sin que en ese año de 1829 se hubiese manifestando de forma real el imperalismo estadounidense, estaba acuñando la famosa frase: “Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para lagar a la América de miseria, en nombre de la libertad”. No era visionario, era el hombre político que pensaba y como político tenía capacidad de ir mucho más allá del tiempo en que estaba viviendo. Ya era conocido el expansionismo de Estados Unidos de las costas del Océano Atlántico hacia las del Pacífico, el colonialismo, el genocidio contra los pueblos aborígenes y los planes de invadir territorio mexicano.
“Hoy nos corresponde enfrentar con ímpetu, determinación y gallardía, un nuevo y complejo escenario de batalla, fraguado por los enemigos de la Patria que no descansan en sus pretensiones de socavar la estabilidad política, económica-social de nuestro estado. Sin embargo, esos perversos ataques, intimidaciones y amenazas, con énfasis en el terreno económico, no podrán quebrantar el espíritu indómito y combativo del heroico pueblo revolucionario, el mismo que ha sido llamado –una vez más– a llenarse de gloria y sellar con una grandiosa victoria, la definitiva firmeza de nuestro país”.
Como señaló, V.I.Lenin: “Hay situaciones históricas en las cuales las reformas, y en particular las promesas de reformas, persiguen exclusivamente un fin: contener la
efervescencia del pueblo, obligar a la clase revolucionaria a terminar o por lo menos debilitar la lucha”.
Es hora de avanzar en el proceso revolucionario, iniciado por el Libertador.
“Socialismo o Barbarie”.