La Orquesta Sinfónica Juvenil de Carabobo ofreció este domingo un concierto en la Sala Simón Bolívar del Centro Nacional de Acción Social por la Música, en Quebrada Honda. Con la batuta del director invitado, el joven Jesús Uzcátegui, el recital de gala se robó los aplausos del pueblo caraqueño.
La primera parte del concierto estuvo centrada en la participación solista de la concertino de la orquesta, la violinista Ariana Oroño, que se presentó con un elegante vestido rojo escarlata, y se destacó no por el color de su atuendo sino por la majestuosa interpretación de toda la pieza sin partituras durante unos 30 minutos, tiempo de ejecución del Concierto para violín y orquesta en mi menor, del alemán Felix Mendelssohn.
La joven ejecutante tocó de memoria toda la obra fundamental del Romanticismo, una proeza que ni el director alcanzó, aunque pasaba las partituras como si fuera un movimiento más del pentagrama y no porque realmente leyera las notas. Luego del intermedio, resultó obvio que el atril le resultaba incómodo a Jesús Uzcátegui, que en el instante en el que se disponía a comenzar la ejecución de la famosísima Novena sinfonía en re menor, del compositor alemán Ludwig van Beethoven, tomó el atril y lo llevó en alzas por el escenario hasta dejarlo en el camerino, para luego volver y comenzar sin molestias la ejecución.
Para esta parte del concierto, estaba previsto que a la Orquesta Sinfónica Juvenil de Carabobo se uniera la Coral Nacional Juvenil Simón Bolívar de Venezuela, con la dirección de la maestra Lourdes Sánchez, junto a reconocidos solistas del canto lírico como la soprano Mariana Ortiz, la mezzosoprano Katiuska Rodríguez, el tenor Ídwer Álvarez y el bajo William Alvarado. Las y los cantantes fueron citados para interpretar el “Finale-presto”, con los textos de la Oda a la alegría, de Friedrich von Schiller, poema en que el Beethoven se basó para escribir esta obra, su última sinfonía completa.
Con este concierto culminó la temporada de 2014 del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, programa artístico y social que en febrero del próximo año arribará a su 40° aniversario.