Sistema Penitenciario venezolano modelo de respeto a los derechos humanos

En los centros de reclusión venezolanos, denominadas hoy centros de formación, se implementan las Reglas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de Reclusos. También conocidas como normas Mandela, estas pautas describen un modelo de atención a la población privada de libertad, adaptado a los estándares de derechos humanos y en las que se convoca a los Estados a seguir principios y prácticas idóneas para el respeto de la dignidad del ser humano. Este trabajo lo lleva adelante el Ministerio del Poder Popular para el Servicio Penitenciario (Mppsp), institución que se encuentra en funcionamiento desde hace 8 años.

Entre los logros más importantes del Mppsp figura el control en un 100% de los centros de reclusión del país. En más del 98% de ellos se aplica el nuevo régimen penitenciario, un esquema de atención integral en el cual el recluso uniformado está sujeto a máxima disciplina, profundización de valores, estudio y trabajo.

En el país hay 108 centros de formación que albergan a personas con problemas y conflictos con las leyes. De estos, 76 fungen efectivamente como penitenciarías para los privados de libertad que cumplirán sentencia; 59 son para hombres, 17 para mujeres y 32 dedicados a la atención de adolescentes.

En estos centros de formación no hay hacinamiento; la capacidad de todos los recintos está por encima del número de privados de libertad. Según cifras recientemente presentadas por la inspectora de Asuntos Internos del Mppsp, María Mercedes Berthe, la infraestructura penitenciaria en Venezuela está lista para atender a más de 80.000 privados de libertad. Actualmente la población reclusa se ubica en una cifra que va entre 48.000 y 53 mil personas.

De acuerdo con declaraciones de la ministra Iris Varela, de las personas que han pasado por el nuevo régimen penitenciario «no se tiene registro de reincidencia», es decir, que hombres y mujeres egresados no han recibido nuevas condenas.

A propósito de esto, Varela ha sostenido que: «Gana más la sociedad toda, si una persona que cae en la cárcel, sale transformado en un hombre nuevo o una mujer nueva, que si sale transformado en un delincuente peor de lo que fue. Eso era lo que aquí ofrecía la Cuarta República. Se decía, que las cárceles eran las universidades del delito (…) ese era el esquema de la Cuarta República, ese era el esquema, de lo que aquí no puede volver».

Oportunidades para el ser humano

Demostrar que toda persona que entra a un centro de reclusión merece una oportunidad, es una de las tareas que se ha propuesto el Estado venezolano. El precepto número cinco de las normas Mandela establece que «el régimen penitenciario procurará reducir al máximo las diferencias entre la vida en prisión y la vida en libertad, que tiendan a debilitar el sentido de responsabilidad del recluso», esta es una de las normas asumidas por el Mppsp.

Bajo un ciclo de transformación, hombres y mujeres cumplen tareas diarias, desarrollan planes agroproductivos, cosechan su propia alimentación y comercian en ferias, con ello el Sistema Penitenciario erradicó el ocio al tiempo que autosustenta su accionar.

La población penal además, ha avanzado en la confección de productos de alta calidad. Se está produciendo en 204 unidades socioproductivas: artesanía, calzados, textiles, bolsos, artículos de limpieza, rubros avícola, agrícolas y de apicultura, así como tallado en madera y carpintería, panadería, uniformes escolares e instrumentos musicales en talleres de luthería, entre otros.

De los productos orgánicos certificados destaca la exportación de miel pura, que es extraída de los panales a cargo del ministerio. La confección de las cajas para instalar las colmenas de la miel madura, el envase de vidrio donde es vertida, la definición del etiquetado y la calidad de la miel está trabajado en máximos estándares de calidad. La pureza de la miel es 100% garantizada.

En convenio con una empresa privada se desarrolla en el centro de formación del Táchira, conocido como Complejo Penitenciario de Occidente, la fabricación de calzados en la unidad socioproductiva El Tama. Esto obedece al plan Huellas del futuro, un emprendimiento que se ha extendido a distintos centros de formación del país con el objetivo de que privados de libertad y egresados del régimen penitenciario se incorporen a la vida productiva del país.

Mano de obra penitenciaria al servicio del país

De la mano del Ministerio Penitenciario, privados de libertad se encuentran trabajando para poner en funcionamiento el Central Azucarero del Táchira (Cazta), ubicado en el municipio Pedro María Ureña, paralizado desde el año 2015.

La siembra de la caña está a cargo de los privados de libertad, que, articulados con los cañicultores de la zona, trabajadores del Cazta, pobladores de la zona y múltiples actores hicieron posible el rescate.

A la cartera le fue asignada la administración del Cazta el pasado año, y en corto plazo comenzará a operar el proceso de refino del azúcar.

Otro de los proyectos de amplio impacto en las comunidades es el Plan Ecosocialista Hogares de Paz, en el cual participan los privados de libertad quienes prestan servicio en la rehabilitación y recuperación de infraestructuras.

El impacto positivo generado por este plan, que procura el bienestar de empleo a la población atendida, ha captado la atención de la Misión Venezuela Bella y del Ministerio para el Turismo y Comercio Exterior de Venezuela, dichas entidades firmaron alianzas con el Mppsp para la culminación de distintas obras ornamentales, patrimoniales y turísticas de la nación, en modalidad de autogestión.

La Orquesta Sinfónica Penitenciaria

Entre los procesos formativos que se viene dando en los recintos penitenciarios exalta el desarrollo de la cultura a través de la Orquesta Sinfónica Penitenciaria, un programa que logra la transformación del hombre y la mujer a través del canto y de la música. Esta actividad permite a las personas privadas de libertad retribuir a la sociedad sentimientos de paz, amor y cambio de perspectiva conductual. Existen en el país 15 núcleos de orquesta y una estudiantina para los centros de adolescentes.

Especialistas en materia penitenciaria

Psicólogos, criminólogos, socializadores, personal de salud de todas las áreas, personal jurídico, y expertos en el proceso penal participan en el Sistema Penitenciario.

Asimismo, personal que compone los grupos de respuesta inmediata al custodio y de custodios asistenciales egresados dentro del Programa Nacional de Formación del Servicio Penitenciario, dictado en la Universidad Experimental de la Seguridad (UNES) garantizan el orden, la disciplina y el respeto por la dignidad de toda la población reclusa.

Un modelo a seguir

Recientemente, el embajador de Sudáfrica en Venezuela, Joseph Nkosi, afirmó que el Sistema Penitenciario venezolano es modelo a seguir para combatir los grandes problemas que tienen las prisiones de su país, al tiempo que aseveró que siente admiración por el trabajo que viene emprendiendo el Gobierno Nacional en materia de atención y respeto por los Derechos Humanos de los reclusos en las cárceles de Venezuela.

Vale preguntar, en esta era, donde aún se sigue aplicando como métodos dentro del sistema punitivo la pena muerte o la purga de delitos con cadena perpetua ¿En cuántos países la población privada de libertad se encuentra trabajando permanentemente, incorporada al sistema educativo regular, además de realizar actividades deportivas, recreativas, culturales y productivas? ¿Cuántas naciones tiene el instituto de formación universitaria que se encarguen de instruir a los especialistas en materia de seguridad, gerencia, administración y educación para el trabajo integral en los recintos penitenciarios? ¿Cuántos Estados depositan la confianza en hombres y mujeres privados de libertad para ejecutar planes en asuntos ambientales, desarrollo económico, comercio, turismo, seguridad y defensa?Tal vez no exista en la globalidad mundial una comparación de caso con el concepto del sistema penitenciario venezolano que está relacionado ampliamente con la pacificación, con la transformación de las personas privadas de libertad y con las garantías de los derechos humanos.

T/Redacción CO
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Caracas