Por Jesús Bermúdez|El sistema penitenciario y las elecciones parlamentarias (Opinión)

En la medida que se agudizan las contradicciones en el capitalismo mundial y se potencia su proclama consumista en contra del medio ambiente, se acerca el fin del Estado–Bienestar; poco a poco se crean las condiciones para el aumento inminente y vertiginoso de los índices de criminalidad en el mundo capitalista, de hecho ya está sucediendo.

Paralelamente, se incrementa el número de detenidos por ejercer la protesta pacífica, la libertad de opinión e información, contribuyendo con el hacinamiento y empeoramiento de los centros de detención en el mundo.

Contrariamente a los países del Norte, algunos países latinoamericanos decidieron tomar una senda diferente al modelo capitalista actualmente en transición a un modelo alternativo, sin embargo, tampoco se escapan a los embates de la actual crisis del modelo capitalista, que a su vez repercute significativamente en los modelos penitenciarios existente en la región. En el caso del modelo penitenciario venezolano existe una gran diferencia: la voluntad política por parte del Gobierno Nacional para humanizar el modelo penitenciario actual, acción loable, pero no suficiente.

Sin voluntad política cualquier intento de mejoramiento de la acción penitenciaria nacional se inscribirá como una acción de carácter espasmódico. He ahí la necesidad de contar con un amplio consenso nacional en la materia e impedir a propósito de las próximas elecciones parlamentarias la politización con p minúscula del tema y revertirlo, para convertir el asunto penitenciario en una política de Estado, es decir con el máximo consenso posible y a largo plazo.

Mientras tanto, el desarrollo de los derechos culturales establecidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela debe ser una palanca de cambio para establecer una cultura penitenciaria que abarque no solo a las privadas y privados de libertad y sus familias, sino que se extienda al personal y demás miembros que conforman el sistema penitenciario, incluyendo el Poder Judicial.

La potenciación de las orquestas sinfónicas penitenciarias del Sistema de Orquestas Nacionales, la presencia de las iglesias, el teatro, la poesía, la artesanía, los círculos de estudios, de reflexión, entre otros, constituyen las bases para esa gran fuerza espiritual que permita humanizar el sistema penitenciario. Otro modelo penitenciario es posible. ¡Construyámoslo juntos!

@jesusbermudezba

Jesus todo lo q’ dices esta muy bien pero es pura teoria y operaciones no continua, opino q’ una persona q’ no produce lo q’ se come, es una persona ociosa y parasita y no puede pensar ni hacer cosas buenas y por lo tanto su fuerza y tiempo la usa en acciones perjudiciales para el y los demas seres q’ le rodea, la Min IRIS, debe poner a trabajar en agricultura, construccion civil, mecanica, herreria etc(remunerado) y 8horas al dia y los fines de semana trabajo social conjuntamente con sus familiares, este reo no estara pensando en tener relaciones con personas de su mismo sexo.