Tiene el rol protagónico de la cinta El Show de Willi|Sócrates Serrano: Al actuar debes dejar a un lado el análisis y meterte en la acción

Fueron quince años sin actuar, pero desde su retorno, hace seis años, Sócrates Serrano ha interpretado una serie de personajes variopintos que le han catapultado como un buen actor. Prueba de ello será El Show de Willi, de Fernando Venturini, que entra en cartelera este fin de semana navideño: “El largometraje es una crítica hacia ese lado oscuro que forma parte de nuestra idiosincrasia, de nuestra extrema valoración de la belleza, de lo externo, de lo mediático, de lo frívolo”.

Actúa junto a Verónica Rasquín, Almicar Rivero y un gran elenco: “Es una gran sátira y eso es lo que me encanta de la película, que tiene dos lecturas. El espectador se va a reír muchísimo de todas esas situaciones tan particulares, pero por otra parte, leyendo entre líneas, tiene un mensaje muy importante que es una gran crítica”.

-¿Y si se vuelve pesada?

-Nada de eso. La película está escrita muy inteligentemente por Fernando Venturini. Se deja entrever sin convertirse en una cosa densa y profunda, sino que termina siendo una cinta ligera. Esa dualidad me encanta y me parece que es uno de los valores más importantes de la historia. No, no es una comedia gruesa ni solo para pasar un rato, es una comedia donde te vas a divertir, pero además si hurgas un poco, te vas a encontrar información de contenido interesante.

Serrano comenzó como actor en el grupo teatral de la Hermandad Gallega. También realizó cursos de formación en el Centro Latinoamericano de Investigación Teatral. Allí lo dirigió Juan Carlos Gené en La pluma del arcángel. Con Ada Nocetti y Ricardo Lombardi estuvo en una academia de actuación. Participó en el taller de formación de creatividad teatral del Grupo Actoral 80, que dirigía Verónica Artigas. Esa experiencia se convirtió al final en un grupo que se llamó Arca 71 Teatro Studio, en el que permaneció 8 años, pero el grupo se disolvió. Debió ejercer con todo su carrera de sicólogo, debido a asuntos familiares.

– ¿Ahora vive solo de la actuación?

-Ojalá, pero comparto mi trabajo de actor con el de sicólogo. Trabajo como asesor de consultoría de recursos humanos.

-¿Ayuda la sicología para la actuación?

-Siempre ayuda. Es un piso interesante, pero los actores debemos meterles cuerpo a los personajes y dejar el intelecto a veces. El dejar a un lado el análisis y meterse en la acción.

-¿Ya piensa en la dirección?

-Me encantaría dirigir, pero como tuve una pausa de quince años sin actuar, ahora me estoy sacando el clavo y dedico todo mi tiempo y energía a interpretar muchos personajes. Desde ha casi siete años volví y seguiré siempre en la actuación.

-¿Escribir?

-Tengo un par de ideas que quiero desarrollar, pero estoy ahorita concentrado en actuar y aprovechar este importante momento.

-¿Cómo le fue este año?

-Fue un año duro, complejo porque el país está en una situación difícil, pero los actores seguimos buscando espacios productivos. Eso sí, siempre busco hacer trabajos de calidad y no hacer cualquier cosa para subsistir.

– Pero estuvo en varios proyectos.

-Sí, no lo puedo negar. Este año filme una película El vampiro del lago, basada en el libro Un vampiro en Maracaibo, de José Norberto Olivar. La cinta es dirigida por Carl Zitelmann y está en postproducción. Estoy contento porque sé que va a ser una gran película.

-¿Y en teatro?

-Participé en Agua a cucharadas y Terror. Ambas piezas muy interesantes e inteligentes. También tuve muchas cosas de publicidad y un demo para un programa de televisión que saldría el año entrante.

-¿Con qué arranca el Año Nuevo?

-Estoy ensayando El día que me quieras, de José Ignacio Cabrujas, con el Grupo Actoral 80. Voy a interpretar a Carlos Gardel. Es un gran reto. Estoy súper feliz y al mismo tiempo muy nervioso. Se montará desde el 20 de enero.

T/ Eduardo Chapellín
F/ Roberto Gil