CAMARADA LLAMARADA
POR: CAROLINA ESCARRÁ G.
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La semana pasada –en medio de la gira de Rex Tillerson buscando aliados para afectar a Venezuela y al mejor estilo de Barack Obama, “torcerle el brazo” por no comportarse como “un perrito” faldero al compás de algunos gobiernos de América Latina– nuestro país continúa en clave electoral que coexiste con la clave constituyente, ambas claves revolucionarias y democráticas en medio de un mundo donde la democracia verdadera y real del pueblo por el pueblo y para el pueblo, como la definiera Abraham Lincoln en 1863, se ha convertido en un lujo.
Así, mi partido, el partido del comandante Hugo Chávez, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), convocó a un congreso extraordinario para designar a Nicolás Maduro como candidato a la reelección en las elecciones presidenciales; el domingo 4-F en el Día de la Dignidad y a pesar de la ausencia de desfile cívico-militar, el pueblo glorioso se volcó a manifestar en conmemoración de los héroes caídos y sobre todo del recuerdo vivo de un día que significó un parteaguas en nuestra historia Patria/Matria, cuando el Comandante junto a otros valientes le dieron un mensaje de esperanza a un pueblo cansado del legado de lo que algunos politólogos reconocidos como Juan Carlos Rey categorizaron como el Sistema Populista de Conciliación, que había entrado en crisis en su expresión bipartidista.
Y, el miércoles 7 fue lanzado el Movimiento Electoral Somos Venezuela con la idea de acompañar al proceso de campaña, y convocar a participar al venezolano en nombre de la identidad que nos caracteriza y que algunos estudiosos como Luis Britto García han desarrollado y explicado ampliamente, además de ser uno de los objetivos generales, expresamente ubicados en el IV Objetivo Histórico del Plan de la Patria que nos legara el Comandante Eterno, en el año 2012.
Lo cierto es que Somos Venezuela cuando firmamos un acuerdo de convivencia y paz -como lo llamó Jorge Rodríguez- producto de un diálogo duradero y acompañado, a pesar de que El Otro con el cual nos definimos, el representante de la oprobiosa oposición vendepatria venezolana, cambia de posición, misión y visión con una simple llamada de un representante de la bota imperial que tanto nos subyugó antes de Chávez y que tan solo pretende apropiarse nuevamente de nuestro petróleo, utilizándole para consolidar su conciencia de clase explotadora que ha intentado beneficiarse hasta en nuestra Zona en Reclamación.
Con ello retrasó la firma de un acuerdo necesario para lograr consolidar los elementos mas importantes en esta etapa de resistencia y esperanza: la paz y la preservación de un modelo económico y social que permita llevar la mayor suma de felicidad posible a los que sí tenemos la identidad venezolana y nuestroamericana, además de la seguridad social y la estabilidad política que se encuentran en la raíz del socialismo bolivariano.