El músico estadounidense Bruce Springsteen, quien recientemente homenajeó a Victor Jara cantando Manifiesto en Chile, interpretó el tema Solo le pido a Dios en un video tributo.
Springsteen rememoró así su actuación en un concierto celebrado en 1988 en Argentina, cuna de León Gieco, autor del himno latinoamericano que ahora versiona el «Boss».
El icónico músico de New Jersey explicó en las redes sociales que quiso cantar Solo le pido a Dios el pasado sábado en Buenos Aires, pero desistió por no sentirse preparado.
Para compensarlo de cierta manera, publicó en YouTube una versión acústica y con armónica del tema más universal de Gieco, quien al ver el video quedó anonadado y se echó a llorar.
«Hizo una versión increíble, pero lo que más me emociona es que la presente como tributo a la Argentina», dijo el cantautor al diario Página 12, y agradeció al Boss por las redes sociales.
El intérprete de clásicos como «Born in the U.S.A.» y «Streets of Philadelphia» explicó en la grabación que conoció la canción en la voz de Mercedes Sosa.
Agregó que era inspirador haber regresado a Argentina, donde se presentó con su mítica E Street Band, y prometió regresar pronto.
Sólo le pido a Dios fue publicada en 1978 como parte del disco LP IV, y aunque al autor no le gustaba de entrada, por considerarla aburrida, pronto se convirtió en un himno mundial de paz.
Gieco la compuso en su natal Cañada Rosquín, influenciado por el «A Hard Rain’s A-Gonna Fall» de Bob Dylan, preocupado por una guerra entre Chile y Argentina por disputas de soberanía en el Canal Beagle.
Ya la había desechado, pero se la ofreció al bandoneonista Dino Saluzzi para que matara sus ganas de tocar algo, con tanta suerte que el productor Amílcar Gilabert lo grabó y hasta Gieco quedó impactado por el resultado.
Aunque grabaron una segunda versión, el músico se quedó con la primera, avalada por el criterio de Charly García, quien soltó su lapidario veredicto: «Che, está re buena esta canción».
De entrada el tema pasó sin penas ni glorias, pero tras la guerra de las Malvinas en 1982, la melodía se convirtió en una suerte de himno nacional que retrataba el dolor del pueblo argentino.
Además de la «Negra» Sosa, la española Ana Belén la convirtió en un éxito de ventas en Europa, y ahora el «Boss» se suma a la larga lista de quienes veneran este canto pacifista.