La cifra de muertos a causa de la represión policial y enfrentamientos registrados en la capital de Irak, aumentó a 23, indicaron este martes las autoridades del país tras ofrecer un nuevo balance de los hechos.
El lunes cientos de partidarios del líder chiita Moqtada Sadr ocuparon el Palacio de la República, donde tiene su sede el consejo de ministros, después de que anunciara su retiro de la actividad política en Irak.
Los partidarios de Moqtada Sadr ocuparon oficinas públicas, mientras las fuerzas de seguridad intentaban dispersar a otros manifestantes con gases lacrimógenos en los accesos a la Zona Verde, donde se encuentra la embajada de Estados Unidos y una sede de la ONU.
El anuncio de Al Sadr provocó que muchos de sus partidarios se movilizaran en varias zonas de Bagdad, generando enfrentamientos con grupos rivales y la represión por parte de las fuerzas de seguridad.
La mayoría de los fallecidos, partidarios de Sadr, murieron por disparos en la Zona Verde, al tiempo que unos 350 manifestantes resultaron heridos.
Los efectivos antidisturbios solicitaron refuerzos para custodiar la llamada Zona Verde y para evitar que las protestas se extiendan a la segunda mayor ciudad del país, Basora.
Entretanto, el primer ministro, Mustafá al-Kazemi, instó a los manifestantes a retirarse de las instalaciones gubernamentales y enfatizó que “los peligrosos acontecimientos en la Zona Verde indican la gravedad de las consecuencias de la continuación de las diferencias políticas”.
Debido a los disturbios y enfrentamientos, el ejército declaró un toque de queda que entró en vigor a las 16h00 GMT y las fuerzas de seguridad acordonaron la capital.
Irak atraviesa una severa crisis política desde las elecciones legislativas de octubre de 2021 debido a la imposibilidad de formar Gobierno y de nombrar a un Primer Ministro.