Los enfrentamientos violentos registrados este lunes entre musulmanes y budistas en el oeste de Myanmar causaron la muerte al menos a 84 personas y heridas a 129.
Desde la semana anterior se desató la extrema agresividad en la zona oeste de Myanmar, de mayoría budista, después que los miembros de la minoría musulmana de los rohingya protestaron por la falta de ayuda gubernamental y de alimentos para sus familias.
De acuerdo con reportes publicados en The New Light of Myanmar, la situación propició la quema de dos mil 950 casas, 14 edificios religiosos y ocho almacenes de arroz.
Los rohingya asentados en Myanmar suman 800 mil, según un conteo de Naciones Unidas, y fueron traídos a la fuerza desde Bangladesh durante la época colonial británica.
En ambas naciones son considerados unos parias y se les niega la ciudadanía y cualquier tipo de derecho.
Bangladesh cerró la víspera sus fronteras con Myanmar para evitar una entrada masiva de refugiados.
Funcionarios de la guardia costera indicaron que medio centenar de embarcaciones con rohingyas a bordo aguardan en la compartida bahía de Bengala, a la espera de una oportunidad para entrar a Bangladesh y escapar de la violencia.