El gobierno japonés realiza comprobaciones en 24 prefecturas del país con el fin de comprobar la disponibilidad de pastillas de yodo en zonas cercanas a centrales electronucleares, informaron fuentes oficiales.
Durante las revisiones expertos examinan los fondos existentes de esas cápsulas para poblaciones ubicadas a menos de 30 kilómetros de las instalaciones nucleares.
Según organismos médicos, las pastillas yodadas -elemento químico perteneciente al grupo de los halógenos- deben ser usadas por las personas en caso de una catástrofe nuclear para evitar que la glándula tiroides absorba sustancias radiactivas.
La inspección se realiza luego de que especialistas detectaron que en la prefectura de Niigata, región de Hokuriku, autoridades no guardaron más de 1,3 millones de pastillas de yodo para habitantes radicados en las cercanías de la central nuclear Kashiwazaki-Kariwa.
Como precedente, en marzo de 2011 en la planta de energía nuclear de Fukushima, en la prefectura homónima, ocurrió un desastre, provocado por un terremoto y posterior tsunami, que afectó vidas humanas y provocó cuantiosos daños materiales.