Las negociaciones palestinos-israelíes están hoy más cerca que nunca antes del fracaso tras la suspensión de un encuentro entre ambas partes programado para anoche.
Un portavoz de la oficina del primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, anunció a última hora de este miércoles la cancelación del encuentro, programado para reanimar las negociaciones de paz, congeladas hace meses.
Israel ha cancelado una reunión de las negociaciones, dijo un portavoz del jefe de Gobierno sin especificar las razones.
Desde el interior del gabinete israelí llovieron las críticas a la rúbrica del acuerdo de reconciliación entre Hamas, que gobierna en la franja de Gaza desde 2006, y Al Fatah, la mayor de las organizaciones palestinas, dirigida por el presidente Mahmoud Abbas.
Las provisiones del entendimiento entre Hamas y la OLP contemplan la formación en el término de cinco semanas de un Gobierno de unidad nacional encargado de organizar elecciones seis meses después.
Aunque el reinicio de los esfuerzos de reconciliación entre ambas entidades a principios de esta semana fue reflejado con escepticismo por algunos medios, el acuerdo demoró menos de 24 horas en ser adoptado y firmado por ambas delegaciones.
Indicios de una mejoría sustantiva de las relaciones interpalestinas comenzaron a observarse en diciembre pasado cuando el líder de Hamas, Khaled Meshaal, telefoneó al presidente Abbas para expresarle su confianza en que sabrá defender la causa palestina en las negociaciones con Israel.
Abbas aseguró a su interlocutor que “ya sé qué hacer y qué decir si las negociaciones (con Israel) fracasan”.
Días atrás el mandatario palestino autorizó la solicitud de ingreso del estado de Palestina, país observador no miembro de la ONU, en 15 tratados y agencias de la entidad mundial para denunciar el caso de la ocupación militar israelí, incluida la IV Convención de Ginebra.
Ese texto califica de crímenes de guerra la anexión de territorios y el traslado de comunidades humanas a estados bajo ocupación militar, como ocurre con los asentamientos paramilitares israelíes en Cisjordania y Jerusalén este, donde los palestinos quieren establecer su capital.