Swing Latino (‘Melodías de Arrabal’): ¡Adiós muchachos… compañeros de mi vida!

Digamos que continuamos con esta serie de publicaciones donde desentrañamos la historia de algunos tangos y que hemos decidido llamar “Melodías de Arrabal”, porque barrio es igual a arrabal y fue allí donde nos enamoramos de este género que ha sido declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. Cómo me gustaría que Barbarita leyera todo esto que escribo. Cuando pienso en ello se me arruga el alma y me remonto a esos años cuando dábamos el espectáculo en la casita de Las dos Rosas, en La Vega de mi infancia.

En la variedad de tangos sabatinos nunca faltó Libertad Lamarque, Agustín Irusta, Julio Sosa, Argentino Ledezma y el gran Carlitos Gardel. El piso era de cemento, pero bien pulido a punta de cera y Electrolux. El Telefunken a millón mientras los LP de vinilo caían uno a uno en el tocadiscos. Ella cantaba bonito y sin desafinar… Adiós muchachos compañeros de mi vida / barra querida de aquellos tiempos. / Me toca a mí hoy emprender la retirada / debo alejarme de mi buena muchachada… y yo la veía danzando, pizpireta en las labores del hogar. De verdad que me divertían sus arranques de diva… En tanto cantaba y se emocionaba, yo me preparaba, porque de un momento a otro, ella dejaría a un lado la pulidora y me buscaría para bailar en la sala de mi casa que se convertía en el gran salón del tango.

AUTORES, ANÉCDOTAS

Por todo lo señalado, “¡Adiós muchachos!”, composición de César Felipe Vedani con música de Julio César Sanders, es uno de mis favoritos. Es lo que se ha dado en llamar un tango francés, quizás porque fue sensación cuando Carlos Gardel lo estrenó en París, según se lee en el libro de Héctor Benedetti Las mejores anécdotas del tango (Ed. Planeta, 2000, pág. 150) y que nos muestra la profundidad del tema, ya que el bullicio y alboroto del local fue acallado con la primera estrofa, mientras Vedani lloraba a un costado, hecho que igualmente relata el propio autor en una grabación que fue colgada en la red.

“¡Adiós muchachos!”, un tango que ha tenido muchas controversias, inclusive por su autoría, ya que, según un etnomusicólogo de nombre Esteve Estruga Moncada, el compositor de este tango habría sido, en realidad, un violinista de nombre José Soler, natural de Mequinenza, provincia de Zaragoza, de España. Asegura Estruga Moncada que cuando el músico se marchó de Mequinenza compuso este tango como despedida y, por motivos de dinero, tuvo que vender los derechos de autor.

La teoría del etnomusicólogo ha sido rebatida por todo el mundo, toda vez que no tiene asidero. La versión oficial de la creación de la referida canción es que primero se compuso la letra, basada en un episodio común en el barrio San José de Flores, en Buenos Aires. Un mucha- cho que se retira saluda a los amigos con esa frase “Adios muchachos”, y César Felipe Vedani escribe un poema a partir de la misma. Luego se lo da a Julio César Sanders, quien lo musicaliza.

Dos famosos historiadores del tango, los hermanos Bates, cuentan en su libro La historia del tango, que Sanders y Vedani solían organizar reuniones en su casa a las que asistían numerosos amantes del tango, quienes no daban descanso a los dos pianos que allí había. Una noche, prosiguen, Sanders y Vedani dieron a conocer “¡Adiós muchachos!” y el éxito fue inmediato y resonante. El 10 de setiembre de 1927 lo grabó Agustín Magaldi y el 26 de junio Carlos Gardel. El tema se propagó como epidemia y, según el editor Máximo Perrotti, hasta el año 1993 se habían vendido de la edición papel alrededor de 10 millones de ejemplares en el mundo. En Argentina 552.500 “más las falsificaciones”. Obtuvo en los cinco continentes más de 1.500 grabaciones con alrededor de 25 millones de fonogramas vendidos (más las copias ilícitas); tiene más de 35 instrumentaciones distintas según los países; fue incluido en 22 filmes y ha sido versionado en varios idiomas.

En Inglaterra tuvo por lo menos dos títulos: “Te guardaré siempre en mi cora-zón” y “Pablo el soñador”. Cuando en su país lo registró Louis Armstrong para el sello Decca, el 24 de julio de 1951, como autor de la letra figura Dorcas Cochran —que además se apropió de la melodía. Y el título original fue trocado por “I Get Ideas”, literalmente “Tengo ideas”, pero se aconseja traducir como “Me acuerdo”, según el sentido del texto.

Existió otra versión estadounidense anterior, debida a Carol Raven y publicada en 1931 por la Edward B. Marks Music Corporation, con título de “Farewell Companions”, es decir “Adiós compañeros”. Dicha letra pretendió ser una traducción del texto de César Vedani. Sin embargo, los versos que realmente coinciden son muy escasos.

En Italia, el referido tango conservó su título original sin haberlo traducido. La versión le pertenece a Eugenio Rondinella y no tiene el más leve rastro de la letra de Vedani. Es lo que los investigadores llaman “un engendro de corte delictivo”. Fue grabado por la cancionista Milva, quien en 1962 se siente atraída por el tango. Gana el festival de San Remo con “Tango italiano”, que no era la traducción de un tema rioplatense, sino un verdadero tango italiano, ritmo ampliamente transitado por los músicos y letristas itálicos. Fue nominada la mejor cantante del año.

INTÉRPRETES

Han sido muchos y de gran fama. Importante acotar que muchas orquestas obviaban tocarlo en los salones de espectáculos porque hacerlo significaba que habían sido despedidos. Los músicos son supersticiosos y prefirieron lanzarlo al olvido. Luego de grabarlo Magaldi, Gardel y Corsini, el tango le dio la vuelta al mundo. Oswaldo Fresedo lo graba en compañía de Dizzy Gillespie, al igual que Francisco Canaro y el maestro Firpo, pasando por Hugo del Carril, Daniel Santos, el trío Los Panchos, Julio Martel con la orquesta de Alfredo de Angelis, Edmundo Rivero, Libertad Lamarque, Los Cinco Latinos, Gloria Lasso, Los Tres Reyes, Orlando Contreras, el brasileño Francisco Alves lo grabó en 1928, Farah María, Los Tres Ases, Carlos Roldan con la orquesta de Donatto Raciatti, Juan Legido, Mantovani, Andy Russel y Julio Sosa, entre otros.

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Caracas