Swing Latino: Paula, motivo de mi sinfonía

Paula, el disco, representó el retorno del maestro Billo Frómeta a la escena musical venezolana. El tocayo Ángel Mendoza Zavala señala, al igual que todos los “billómanos”, que fue ese LP, grabado en su totalidad el 14 de junio de 1960, el primer disco de la llamada “Tercera República” de la orquesta Billo’s Caracas Boy’s.

Biógrafos, curiosos y estudiosos de la obra y vida del músico dominicano, sembrado para siempre en Venezuela, aseguran que fue el séptimo larga duración grabado por el maestro Billo con una orquesta de baile. En ese LP comienza su nueva historia, la de Cheo García, la de Felipe Pirela… y la mía.

¡No se vayan que esto se pone bueno!

No pueden irse porque he de contarles de mis ilusiones y de mi enamoramiento eterno de la modelo Paula Bellini, a propósito de la canción compuesta por el señor Frómeta, a quien apodaron “Billo”, según su hija Magdalena, porque Luis María era reiterativo en sus palabras y repetía mucho las cosas. Al parecer alguien comentó que el sujeto de marras parecía un “estriBILLO”, y así quedó bautizado”.

Cuando el disco salió a la calle, “La Ñeca”, mi hermana, fue una de las primeras en adquirirlo. Se fue al local que tenía Emilio Arvelo cerca de la plaza Capuchinos y pagó 13 bolívares por el LP. Cuando “La Ñeca” llegó a la casa se fue directo al viejo picó y puso el disco y colocó la carátula encima del aparato. Allí comenzó todo, porque Paula, con toda su hermosura, sus labios sensuales entreabiertos a lo Gioconda y esos ojazos que ni la propia Cleopatra se gastaba, me rogaba que la amara para toda la vida y que hiciera caso omiso de sus devaneos con Oscar Martínez y las rectas amorosas y magallaneras que le lanzaba el máximo pitcher del programa A Bailar con Billo.

De más está decir que no me pelaba el programa y hasta le solicité a mi hermana que me llevara a Radio Caracas Televisión. Yo quería ver de cerca a ese mujerón italiano que me llevaba de rodillas, babeando y sin tetero. Yo quería experimentar lo que el maestro Billo decía en la canción: “Paula / cuando por las calles / cuando en el programa / la veo frente a frente. / Se me van los ojos / se me va la calma / paulatinamente, paulatinamente, paulatinamenteeeeee”.

Conozco a Puccini…

Para la época, yo recibía lecciones de piano con un maestro de la Sinfónica que vivía frente al Dispensario de La Vega. Cual Biset, estaba enamorado de la tal Carmen, pero también de Paula. La primera me montó los tarros y Paula no sabía de mi existencia. Mi tristeza se desteñía en sonido de violín, porque mis lamentos eran a lo Paganini, pero como yo era fanático de Chopin, el profesor me dijo si quería escribir música, estudiara piano; ya me veía yo interpretando La Polonesa en el viejo piano de la sacristía en la iglesia de la parroquia; habría sido aplaudido por el padre Wuytack, (expulsado por CAP y Caldera), culpable directo de mis arrestos izquierdistas. El asunto fue que yo drené mi despecho en el estudio de esos grandes de la música, porque el maestro Billo, Cheo García y Felipe Pirela mencionaban sus nombres en una parte de las canción: “Conozco a Puccini / y yo a Paganini; / conozco a Rossini / y yo al gran Bizet. / pero no sabía / que hubiera en Caracas, / ninguna Bellini, / así como usted”.

¡Y no había ninguna Bellini como mi amada Paula!, porque el original Bellini, (Vincenzo Salvatore Carmelo Francesco Bellini), sucesor de Rossini, músico “dotado de una delicadeza de afectos muy exquisita, que casi le obligó a dedicarse a un género de composición melancólica y patética”, hace rato había dejado este mundo, pero le había traspasado todo su encanto a ese portento de mujer, calificada por el jet set como una de las modelos mejor vestidas de la televisión.

Pude ver a la Bellini en el estudio de televisión. Yo digo que era más bella que Silvana Mangano, Sophia Loren o Gina Lollobrigida. ¡Estaba allí!, con esa falda medio corta y toda llena de curvas. Era el centro de atención de Henry Altuve, Delio Amado León y el cómico Yeyo (el cómico), quienes se deshacían en morisquetas. Yo veía todo de lejitos. Apenas contaba diez u once años, pero solo tenía ojos para esa Paula que se me perdió en alguna parte. La he tratado de localizar por todo lo ancho y largo de la red. Busqué en Facebook y en Instagram, pero nadie me da cuenta de su paradero. Seguramente se casó con algún magnate italiano que la debe haber enclaustrado en una torre de marfil. Seguramente ese mafioso se enamoró de ella en 1960, cuando el LP del maestro Billo Frómeta traspasó las fronteras y el sujeto vio a mi Paula en la carátula y la secuestró para toda la vida, importándole un pepino los sentimientos que ese pequeño enamorado sentía por Paula Bellini… Tomo el LP del retorno de Billo trastocado en oscuro “jedi” de Star Wars y tarareo la canción que en su momento le compuso a mi ilusión… “Paula / en mi fantasía / tu eres el motivo / de una sinfonía…/ Paula, / tú me has inspirado / lo más delicado / de esta melodía”.

EL LP

Paula, Caracas. Caraballo Gramcko, 1960

Cara A:

1.- Canto a Caracas (Billo Frómeta) / Cheo García / 02:31

2.- Amor de mis amores (Agustín Lara) / Felipe Pirela y Cheo García / 04:07

3.- Solamente una vez (Agustín Lara) Felipe y Cheo / 03:51

4.- Jardinero (derechos en depósito) Cheo García / 02:55

5.- Mosaico N° 1: Ojos malvados (C. Saladrigas)/ La negra Leonor (Antonio Fernández) / Letargo (Miguelito Valdez)/ Para Vigo me voy (Miguelito Váldez)/ Los componedores (Ernesto Lecuona) / Felipe y Cheo / 07:14

Cara B

1.- Puerto Cabello (Ítalo Pizzolante) / Felipe Pirela / 03:05

2.- Paula (Billo Frómeta) / Coros: Cheo, Felipe y Billo / 02:31

3.- Cadete constitucional (Rubalcaba) / Instrumental / 03:12

4.- Don Quijote (A. Alguero) / Instrumental y coros / 03:10

5.- La pachanga (E. Davidson) / Cheo García / 02:49

6.- Caraqueñita (M. Caraballo Gramcko) / Felipe Pirela / 02:28

Paula” / Billo Frómeta

Paula, en tus ojos claros

se esconde el milagro

conque yo soñaba.

Paula

eres la condesa

o eres la princesa

de algún cuento de hadas.

Paula

en mi fantasía

tú eres el motivo

de una sinfonía.

Paula,

tú me has inspirado

lo más delicado

de esta melodía.

Conozco a Puchini

y yo a Paganini;

conozco a Rossini

y yo al gran Bizet

pero no sabía

que hubiera en caracas,

ninguna Bellini,

así como usted.

Paula

cuando por las calles

cuando en el programa

la veo frente a frente

Se me van los ojos

se me va la calma

paulatinamente.

Conozco a Puchini

y yo a Paganini;

conozco a Rossini

y yo al gran Bisset

pero no sabía

que hubiera en Caracas,

ninguna Bellini,

así como usted.

Paula

cuando por las calles

cuando en el programa

la veo frente a frente

Se me van los ojos

se me va la calma

paulatinamente, paulatinamente, paulatinamenteeee!

T/ Ángel Méndez
F/Archivo CO