Desde el resuello Esnu, por Gino González|Tan mío y tan ajeno (Opinión)

Dijo mi tío Moisés: “Fíjese pande llegamos que hoy en día se compra hasta ají, ni siquiera un ajicero hacemos”.

Estudia pa que no seas como yo, pa que tengas dinero y no se te vaya la vida detrás de un machete y un garabato, de un pico y una pala. Te dijo el abuelo conuquero, tú padre albañil, el tío obrero.

Estudiar no para beneficio del país, sino para sobrevivir. Nada extraño que terminara siendo un negocio. Profesionales de la medicina, por ejemplo, que no han tomado el título y ya tienen como plan un consultorio privado.

Yo todavía no he mirado / ningún billete sembrando / ni construyendo una casa /ni ensalada de billetes / mucho menos una vaca / ordeñada por un cheque / una lágrima de oro / una máquina que sude / ni la risa del petróleo.

Nos perdimos de la razón original del trabajo. El doloroso recorrido histórico de la explotación te hizo menospreciar y no ver la importancia de tu trabajo para la vida.

Claro, tú mirabas que quien no trabajaba y vivía a costa de tu esfuerzo era quien estaba bien.

Allí la trampa, la ilusión, el engaño y las cuentas mal calculadas: Aquel tiene los reales y compra el trabajo de los otros y sin trabajar es quien vive bien, por tanto lo que necesito no es trabajar, sino tener dinero y comprarlo todo. ¡Qué mantequilla, no hago nada y todo lo tengo!

En vez de poner las cosas en su lugar y entender que es el trabajo y no el dinero el que genera los bienes, la riqueza, la producción, lo que usas, lo que comes, la casa que habitas, la sociedad tuya y ajena.

En vez de darle el justo reconocimiento al trabajo de cada quién. De entender que el esfuerzo colectivo es lo que mueve a un país para su beneficio o para su desgracia y que el trabajo productivo es lo vital.

Recibe las alabanzas el sujeto que más compra, los conuqueros no importan no son dignos del elogio. Dígame si no es de locos que eso lo llamen progreso.

Cuando te quedas con el dinero en la mano te das cuenta de la marioneta que eres y de que real no se come. Ves que la producción ha sido ajena. Que los poderosos te han controlado con eso. Incluso, hasta hábitos de consumo te crearon y debes pagar por ellos.

El dinero nos siguió emboscando. Plantas procesadoras de alimento quebradas e ineficientes, grandes fincas recuperadas usadas medianamente como centros turísticos, avícolas que son una burla.

Con el presidente Nicolás Maduro asumimos la hermosa tarea revolucionaria de deslastrarnos de esta nefasta cultura minera y constituirnos en la patria conuquera que somos.

ginoesnu@hotmail.com
El Socorro /Edo. Guárico