Desde el resuello Esnú | Tan mío y tan ajeno (Opinión)

Dijo mi tío Moisés: “Fíjese pande llegamos que hoy en día se compra hasta ají, ni siquiera un ajicero hacemos”.

Estudia pa que no seas como yo, pa que tengas dinero y no se te vaya la vida detrás de un machete y un garabato, de un pico y una pala. Te dijo el abuelo conuquero, tú padre albañil, el tío obrero.

Yo todavía no he mirado / ningún billete sembrando / ni construyendo una casa /ni ensalada de billetes / mucho menos una vaca / ordeñada por un cheque / una lágrima de oro / una máquina que sude / ni la risa del petróleo.

Nos perdimos de la razón original del trabajo. El doloroso recorrido histórico de la explotación te hizo menospreciar y no ver la importancia de tu trabajo para la vida.

Claro, tú mirabas que quien no trabajaba y vivía a costa de tu esfuerzo era quien estaba bien. Allí la trampa, la ilusión, el engaño y las cuentas mal calculadas: Aquel tiene los reales y compra el trabajo de los otros y sin trabajar es quien vive bien, por tanto lo que necesito no es trabajar, sino tener dinero y comprarlo todo. ¡Qué mantequilla, no hago nada y todo lo tengo!

En vez de poner las cosas en su lugar y entender que es el trabajo y no el dinero el que genera los bienes, la riqueza, la producción, lo que usas, lo que comes, la casa que habitas, la sociedad tuya y ajena.

En vez de darle el justo reconocimiento al trabajo de cada quien. De entender que el esfuerzo colectivo es lo que mueve a un país para su beneficio o para su desgracia y que el trabajo productivo es lo vital.

Cuando te quedas con el dinero en la mano te das cuenta de la marioneta que eres y de que real no se come. Ves que la producción es ajena. Que los poderosos te controlan con eso. Incluso, hasta hábitos de consumo te crearon y debes pagar por ellos.

El dinero nos siguió emboscando. Plantas procesadoras de alimento quebradas e ineficientes, grandes fincas recuperadas usadas medianamente como centros turísticos, avícolas que son una burla.

¡Con el presidente Nicolás Maduro asumimos la hermosa tarea revolucionaria de deslastrarnos de esta nefasta cultura minera y constituirnos en la Patria conuquera que somos!

T / Gino González