Teatro del absurdo

TINTA CRUDA

POR: ALFREDO CARQUEZ S.

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María Corina decidió romper con su rutina y darse un baño de pueblo. Abordó, por allá, en el este del este, una buseta que la dejó en Chacaíto. Allí tomó el Metro de Caracas y se bajó en la estación Capitolio para irse derechito a Miraflores a pedirle la renuncia en vivo y directo al Presidente. Poca gente se enteró, pues ese día se produjeron noticias mucho más importantes.

Eso que llaman Tribunal Supremo de Justicia en el exilio decide cambiar gobierno a control remoto y Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos, le secunda en la jugada. Quienes financian la obra estarán pensando tirar a pérdida esa inversión.

La Mesa de la Unidad Democrática sale del estado de coma para darse de cabeza una vez más con la misma piedra. Llama a la abstención, pero por siete meses. No quieren elecciones el 20 de mayo sino en diciembre. Mientras, algunos de sus voceros más suertudos continúan acumulando millas de viajero, con la obsesiva idea de lograr que a Venezuela le caigan en cambote los cuatro jinetes del Apocalipsis para poder llegar al poder a juro, a lo macho mexicano, así esto signifique reinar sobre las ruinas.

La Unión Europea viajó al pasado, como unos 200 años, más o menos, para decirle a Venezuela que no realice el proceso electoral pautado para dentro de 13 días. Casi pide que le solicitemos permiso para los próximos comicios o hasta para elegir las juntas de condominio. En el subconsciente de algunos de los políticos que integran el europarlamento ha renacido el sentimiento colonialista.

En Colombia se descubren cada año más fosas comunes. El último hallazgo en la tierra del Premio Nobel de la muerte muestra un récord macabro de 9 mil asesinados. Pero ese no le incomoda a Santos y menos a Uribe. Ellos están más pendientes de recibir millones de dólares con el nuevo negocio de hacer de los venezolanos una fuente segura de ingresos provenientes de las arcas de Donald Trump.

Así, con esta muestra de ingenio cerró la semana. Vamos a ver qué otras obras del absurdo montan en estos días.

alfredo.carquez@gmail.com
Caracas