Instalado debate sobre abusos sexuales | Tema de abusos de curas en Chile vuelve al Vaticano

En coincidencia con el flamante Oso de Plata que acaba de conquistar la película El Club, 51 diputados de Chile enviaron una carta al Papa Francisco para solicitar la revocación del obispo de Osorno.

Pablo Larraín, el exitoso realizador de la cinta NO, conquistó el Premio Especial del Jurado de la Berlinale precisamente con una historia de un grupo de sacerdotes pedófilos enviados a una especie de casa de retiro.

El cineasta fue todavía más allá y aprovechando un encuentro casual con el cardenal Francisco Javier Errázuriz, señalado en Chile como supuesto encubridor de abusos sexuales, le tomó una foto con el Oso de Plata.

Con punzante ironía, Larraín escribió al pie de la foto difundida en Instagram: «Con orgullo, el líder e inspirador de El Club, abraza su premio».

Pero mientras en la nación austral se instaló hoy un debate ante las palabras del laureado director, los 51 parlamentarios que decidieron tratar el asunto del recién nombrado obispo Juan Barros fueron bastante directos en su mensaje.

«La carta tiene como objetivo condenar los actos de abusos sexuales en la Iglesia, como lo ha hecho el Papa y creemos que él (Su Santidad) debe tener la información suficiente para revisar esta nominación», dijeron los firmantes del texto.

El diputado socialista Fidel Espinoza fue el encargado de entregar el documento en la embajada chilena en Roma, que se ocupará de trasladarla al Vaticano.

Días atrás, en varias denuncias a las que tuvo acceso Prensa Latina, un testigo de excepción, Juan Carlos Cruz, aseguró que Barros fue cómplice del ex sacerdote Fernando Karadima.

Karadima fue suspendido de por vida por abusos sexuales con los cargos de pedofilia y efebofilia, un proceso ratificado por el Vaticano que rechazó la última apelación del caso en junio de 2011. Cruz es una de sus víctimas.

Barros fue confirmado obispo de la diócesis de Osorno, 940 kilómetros al sur de Santiago, el pasado 10 de enero y la designación, de acuerdo con el legislador Espinoza, «es una vergüenza para este país».

Juan Carlos Cruz, que denunció ante la Nunciatura Apostólica en Santiago a Barros, mostró insatisfacción por la celeridad con que en Chile obispos «critican el divorcio, la Unión Civil recientemente promulgada, y también la despenalización del aborto».

A tono con el momento, el realizador Larraín expuso los argumentos que lo motivaron a hacer el filme.

«En los colegios conocí a varios colectivos de sacerdotes: unos santos, otros delincuentes en mitad de procesos judiciales y unos terceros que nadie sabe dónde están, porque la Iglesia católica los esconde», sentenció.

Fuente y Foto / Prensa Latina