La Operación Zamora sorprendió a Carlos Andrés Pérez a su regreso de Davos|La Rebelión cívico-militar del 4-F neutralizó un golpe de Estado de derecha

Presidente de al República, Hugo Chávez

Los principales periódicos de Venezuela ya habían apagado sus rotativas la medianoche del 3 de febrero de 1992, cuando a esas mismas horas arrancaba la Operación Zamora, con epicentro en los cuarteles de Maracay y mediante la cual un grupo de oficiales venezolanos, bajo la dirección del teniente coronel Hugo Rafael Chávez Frías, se proponía poner fin al estado de descomposición en el que se encontraba Venezuela, sometida a las salvajes políticas neoliberales que llegaron al pueblo a situaciones de pobrezas inauditas.

La sublevación obligó a los diarios a imprimir ediciones extras la mañana del 4 de febrero para informar a las venezolanas y los venezolanos sobre los pormenores del alzamiento y sus protagonistas.

Las reseñas de la época indican que Hugo Chávez salió desde la Unidad de Paracaidistas José Leonardo Chirinos de Maracay rumbo a Caracas para tomar el poder, faena en la que fue escoltado por Joel Acosta Chirinos en la línea de mando. Simultáneamente, en distintos lugares del país se registraban acciones de la Operación Zamora.

Francisco Arias Cárdenas se hizo del control militar del estado Zulia desde el cuartel Libertador, mientras que Jesús Ortiz Contreras y Jesús Urdaneta Hernández encabezaron directamente las operaciones en Carabobo y Aragua, aunque también tenían las coordinaciones de Mérida y Táchira, así como las de Barinas, Apure, la zona de Oriente y los estados Bolívar y Amazonas.

Dependiendo del avance en la concreción de los objetivos en Caracas, seguidamente accionarían los comandos de Valencia, Maracay y Maracaibo, pero en el resto de las ciudades se activarían sólo si en la capital se tomaba el poder político, encarnado en la persona del entonces presidente Carlos Andrés Pérez, quien esa madrugada regresaba de Davos (Suiza).

Desde el Museo Militar, en la parroquia 23 de Enero, el comandante Hugo Chávez cercó el Palacio Miraflores, cuya toma fue asignada a Ronald Blanco La Cruz y Antonio Rojas Suárez. Pero estando a escasos metros de concretar los fines, la Operación Zamora sufrió percances que la prensa atribuyó a una falla en la coordinación de las comunicación o a la falta de mejor apoyo de la Aviación.

«POR AHORA»

A las 11:50 am del 4 de febrero, el comandante Chávez, dada las amenazas de inmolación de Urdaneta Hernández -quien decía que sólo creería los informes situacionales de la boca del jefe de la sublevación- pidió dirigirse al país a través de la televisión y fue entonces cuando fue pronunció el discurso del “por ahora”, con el que inició el franco camino de conquista de la victoria popular en elecciones.

Sobre la capitulación de la Operación Zamora decidida en el Museo Militar, el analista Alberto Garrido (QEPD), quien más consecuentemente se dedicó a investigar sobre los orígenes del movimiento que desembocó en el 4-F, escribió en el texto “Documentos de la Revolución Bolivariana” una frase que atribuye al hoy Jefe del Estado: “Yo, amigo mío, largué mis temores hace bastante tiempo. Pero nunca me formé para dirigir carnicerías a ciegas, en empeños irracionales. Menos aun cuando tenía la certeza de que el objetivo político se alejaba. Quizás era la única certeza que tenía”.

Millones de circunstancias y detalles se desparramaron acerca del antes, durante y después del 4 de febrero de 1992, fecha hito de la Venezuela contemporánea y de la que hoy se celebran 19 años.

El propio presidente Chávez se ha referido al hecho desde diferentes ópticas. En el discurso pronunciado el año pasado durante los actos para celebrar el hecho, el líder sostuvo:

“Necesario es remitirnos a la voz de Kléber Ramírez y esa obra monumental que lleva por título ‘Historia documental del 4 de febrero’. Ahí nos dice Kléber: ‘El 4-F no coronó el propósito inmediato de la toma del poder, pero puso al descubierto un mar de fondo de las contradicciones con que se dirigía a la nación venezolana y fue una sacudida política de tal magnitud, que revitalizó la potencialidad de este pueblo imaginativo y peleador. Desde este punto de vista, ese acontecimiento fue una necesidad histórica.

El 4-F dotó a la nación de un objetivo estratégico en lo político: la nueva democracia, y anuló la validez de los viejos planteamientos de todos los partidos existentes”.

“Recordemos de dónde vino aquel movimiento cívico-militar que, tras un arduo trabajo de muchos años, se levantó en armas aquel febrero rebelde. Si bien es cierto que el antecedente determinante de la insurgencia del Movimiento Bolivariano Revolucionario-200 se encarna en aquel otro día de febrero que partió la historia nacional en dos, la insurrección popular del 27 de febrero de 1989, el mar de fondo del que Kléber nos habla, antecede al mismo Caracazo: nos remite no sólo a los años del Puntofijismo, sino a la estructuración gomecista del Estado venezolano”.

Agregó Chávez: “Para 1992 el juego estaba completamente trancado: las armas de la crítica tuvieron que dar paso a la crítica de las armas. La política entreguista del puntofijismo llegaba a su más nauseabunda expresión con el programa neoliberal puesto en práctica por Carlos Andrés Pérez: el país estaba subordinado al Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial y de rodillas ante el imperio; los partidos políticos se dedicaban exclusivamente al saqueo y a la burla social; la dignidad del pueblo venezolano estaba secuestrada. Teníamos que dar un paso al frente ante tal estado de cosas, con el más puro compromiso con la redención de la Patria y para devolverle al pueblo las armas de la República”.

“A todo esto debemos añadir la necesidad de revivir el legado revolucionario de nuestro padre Libertador, líder y guía de nuestro movimiento. El 4-F Bolívar volvió para no irse nunca jamás”.

GOLPE DE DERECHA

Aunque el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 se había incrustado en los cuarteles con al menos una década de antelación, el presidente Chávez ha dicho que el 4-F neutralizó a una facción militar reaccionaria que planeaba el asalto al poder.

“Se estaba fraguando un movimiento de extrema derecha que no consiguió oficiales que se le sumaran”, relató. Ese grupo “trató de apoderarse de la juventud militar, de utilizarnos, pero fueron ellos los que terminaron neutralizados”. El 4 febrero “no sólo se hizo una rebelión que abrió la historia, sino que hizo imposible un golpe militar de derecha, ahora y para siempre jamás”. Aclaró que la conspiración militar de derecha era estimulada por la embajada de Estados Unidos en Caracas.

“La rebelión del 4-F cumplió con lo que tenía que cumplir. Cumplimos con una jornada necesaria e inevitable. ¡Bendito seas 4 de febrero, bendito sean tus mártires que derramaron su sangre para darle vida a la patria nueva!”.

LUEGO DEL 4-F

El comandante Hugo Chávez anunció la rendición al mediodía del 4 de febrero de 1992 y, al mismo tiempo, incurría en un singular hecho de honestidad que el país admiró: la rareza de ver a alguien reconociendo su responsabilidad.

La rebelión cívico-militar trató de ser estigmatizada por voceros del Gobierno adeco, quienes trataron de confundir al pueblo señalando que la intención de los jefes del alzamiento era asesinar al presidente Pérez, quien ordenó a través del Congreso (en la voz de Henry Ramos Allup) la suspensión de garantías constitucionales.

El senador David Morales Bello (AD), en el Congreso Nacional, clamó: “¡Muerte a los golpistas!”, pero esta pretensión fue desvirtuada por el expresidente Rafael Caldera, quien desde la misma instancia no sólo confrontó esa intención, sino que reivindicó calculadamente al comandante Chávez, con lo cual revitalizó sus aspiraciones a una segunda presidencia, que alcanzó en diciembre de 1993, luego de que el bipartidismo adecocopeyano defenestrara a Pérez, cuyo Gobierno quedó boqueando luego del 4-F.

Precisamente para sobrevivir a este hecho histórico, intentaron una maniobra principal y varias subsidiarias. Los actores políticos plantearon acometer una Asamblea Nacional Constituyente para arrebatar la principal bandera política de la sublevación. En marzo de ese año los periódicos se llenaron con declaraciones sobre el tema.

Era una maniobra, además, para anestesiar el hecho de que la rebelión contara con el decidido apoyo popular.

Rápidamente los voceros y jefes de Acción Democrática abortaron estas intenciones. Señalaron que estaban de acuerdo con emprender la reformas de la Constitución de 1961, pero desde el mismo Congreso, donde eran mayoría. Los diputados y senadores adecos manifestaban que no estaban dispuestos a renunciar a las curules, decisión que estaba implícita en la Constituyente.

Copei rechazó la propuesta, que sólo era apoyada por Eduardo Fernández. Andrés Velásquez (entonces gobernador de Bolívar) también rechazó la idea, al igual que Rafael Caldera, quien consecuente con sus planes de regresar a Miraflores, decía a los medios que “la oposición la hará el calderismo. Soy visto como la verdadera oposición”, dijo.

De hecho, para revisar los aspectos de la supuesta reforma constitucional, Caldera nombró una comisión bajo su égida que prepararía recomendaciones sobre el tema.

Otra de las secuelas del 4-F fue la decisión de conformar un Gabinete adecocopeyano (cierre de filas del bipartidismo con un gobierno de coalición). Así entró como canciller Humberto Calderón Berti, quien en un ejercicio de patrioterismo con el que chapuceramente trataba de conectarse con los oficiales nacionalistas, declaró a la prensa que “el Golfo (de Venezuela) es nuestro”, lo que le ganó una reprimenda pública de Colombia, en la persona de la cancillera Noemí Sanín.

Otra maniobra de distracción fue la renuncia el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Pedro Alid Zoppi, quien había postrado el sistema judicial a los intereses de las llamadas “tribus judiciales”.

En marzo de 1992 hubo un cacerolazo nacional contra el Gobierno, que se hizo el desentendido, pero el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de AD señaló a los medios que CAP rectificaba o renunciaba. Pérez siguió soltando somníferos y se anunció la solicitud de extradicción de Blanca Ibáñez, barragana presidencial que era motivo de repudio nacional. En el paquete se metió la misma solicitud contra José Ángel Ciliberto Torres.

Todo esto, para intentar calmar la presión popular y las adhesiones al comandante Chávez, porque si bien Pérez hizo estos movimientos, al mismo tiempo aseguró que “sería una catástrofe dar marcha atrás al paquete” d emedidas económicas neoliberales.

Coherentemente, propuso la privatización de las empresas de la CVG y del Acueducto Metropolitano, y anunció la pronta visita de Henry Kissinger, secretario de Estado de Richard Nixon y Gerald Ford.

A la par, Pérez fue a repartir potes de leche a El Valle, donde más fuerte había sonado el cacerolazo en su contra.

Pese a las maromas, el 4-F terminó devorando a Carlos Andrés Pérez y, meses después, su propio partido y aliados lo echaron de la Presidencia.

HECHOS COMPACTADOS

Con la coordinación de Carmen Cecilia Sulbarán, directora de publicaciones de la Biblioteca Nacional (BN), el equipo de trabajadoras y trabajadores de la institución hace una recopilación de las noticias que sobre el 4 de febrero publicaron los periódicos de la época. Un completo dossier para quienes se interesen en repasar los hechos y su tratamiento informativo.

Los interesados pueden llevar un CD, o adquirirlo en la BN. Allí les grabarán todos los archivos elaborados. El personal también presta el mismo servicio para el golpe de Estado de abril de 2002.

T/ Douglas Bolívar
F/ Archivo CO
Caracas

El 4F mrcó el nacimiento de la PATRIA, de la dignidad de los y las venezolanas que continuamos la batalla contra el imperio. GLORIA A NUESTRO ETERNO COMANDANTE!!!!

  • el 4 de febrero nacio la revolucion cual hoy estamos en la lucha espero que aquellos que fueron leales a mi comandante chavez que no traiciona algun dia al pueblo de bolivar y de de mi comante chavez

  • SOY TRABAJADOR PETROLERO Y SI VOY A LA MARCHA DEL 4 DE FEBRERO A APOYAR A NUESTRA REVOLUCION NO VOLVERAN MAS NUNCA VIVA CHAVEZ.

  • DEBEMOS MANTENER ESE ESPIRITU DE LUCHA COMBATIVO Y REVOLUCIONARIO, EN TODOS LOS ASPECTOS DE EST VIDA REPUBLICANA Y MIRAR NUESTROS PROPIOS ERRORES COMO LOS QUE ESTAN SUCEDIENDO EN CHIVACOA DONDE NUESTRO MOVIMIENTO ESTA FRACCIONADO Y PELIGROSAMENTE DESARTICULADO POR TANTO PARCELISMO POLITICO

  • SI SALIMOS A LA CALLE EL 4 E FEBRERO APOYAR A A LA REVELION, CIVICO MILITAR HOY SALDRIAMOS CON MAS FUERZA , A DEFENDER LA REVOLUCION, SOMOS PACIFICOS, PERO QUE NO SE EQUIVOQUEN , ESTA REVOLUCION NO NOS LAS QUITA NADIE. PATRIA O MUERTE

  • Viva nuestra Revolución Bolivariana estamos al pie del cañon para defenderla si necesario! aunque somos pacifistas pero no se equivoquen nuestros enemigos externos ni internos!