En 1966|Tal día como hoy: Rómulo Betancourt asesina al combatiente José Chema Saher

Chema Saher

Una comisión de la Digepol sorprendió en una humilde casa campesina a José Manuel “Chema” Saher y a su camarada José “Chino” Mendoza Ovalles. A pocos metros de allí los fusilaron.

El Chema estaba malherido en una pierna y el Chino, que era médico especialista en medicina de campaña, trataba de curarlo. En el momento en que los masacraron esperaban por ayuda. No imaginaban que el compañero que había ido a buscar el apoyo que necesitaban, traería la muerte luego de delatarlos.

Ambos habían tenido la oportunidad de hacer una vida “normal” como profesionales, pero renunciaron a ello para hacer la revolución por las armas.

José Manuel Saher, conocido como “Chema”, era hijo de un gobernador adeco en una época en que tener ese tipo de parentesco equivalía a ser una persona privilegiada, con acceso a las mejores oportunidades que pudiera soñar un joven. Incluso formaba parte del Buró Juvenil de la poderosa Acción Democrática (AD) en 1960, año en que la militancia progresista de ese partido rompió con Rómulo Betancourt y fundó el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).

ENTREGADO POR SU PADRE

Entre los hombre y mujeres que se declararon abiertamente en contra de las políticas del naciente puntofijismo estaba el Chema. Y llegado el momento, se incorporó a la lucha armada, cuando quedó claro que un cambio de rumbo en la política que impulsaba Betancourt no se lograría por medios pacíficos.

Tenía 19 años cuando entró a las filas guerrilleras en las montañas de la Azulita, en Mérida. A pesar de su juventud, la experiencia de la represión padecida por su padre durante la dictadura de Pérez Jiménez despertó en él una especial sensibilidad hacia la y la persecución y la violación de los derechos humanos.

“Me dije que cuando fuera grande lucharía porque aquello no se repitiese nunca más, porque los venezolanos no volvieran a vivir la zozobra de la persecución”, relató en una carta a Pablo Saer, su progenitor, escrita en un calabozo del cuartel San Carlos.

Esa misiva, en la que exponía las razones por las que sacrificó todo para luchar por sus convicciones, fue una carta abierta. No porque no pudiera hacérsela llegar en privado, sino porque tenía el propósito de encarar públicamente a un traidor. Su padre lo había delatado, y les dio a los cuerpos represivos de Betancourt información que le sirvió al Consejo Permanente de Guerra de Caracas para condenarlo a 18 años de prisión en diciembre de 1962.

A pesar del dolor que esto le causó, el Chema no se doblegó, ni acalló su conciencia. En esa misma carta denunció la presencia de oficiales del ejército estadounidense y de esbirros de la CIA en los operativos de tortura y exterminio contra las guerrillas, los movimientos populares y el campesinado que daba prestaba apoyo a las y los combatientes revolucionarios.

Pablo Saer debió interpretar ese reclamo público como un gesto de comprensible resentimiento, pues intercedió ante Rómulo Betancourt para que liberara a su hijo.

Así fue como, en marzo de 1964, el Chema viajó a Inglaterra, condición que puso el régimen para liberarlo. Para él joven militante esa fue una oportunidad para reinsertarse en la lucha. En 1965 ya estaba en La habana, donde participó en la conferencia Tricontinental, que reunió a las fuerzas revolucionarias de África, Asia y Nuestra América.

En 1966 reingresó clandestinamente a Venezuela por la costa de Falcón.

CARTA AL PADRE

Imágen del documental "Chema"

Querido papá:

Quizás pueda extrañarte que ahora te escriba públicamente …Créeme que es muy duro tener que hacerlo así. Pero tú me has obligado a ello …Han sido tus declaraciones, expresándote como lo has hecho contra los heroicos compañeros salvajamente asediados por la represión y la persecución en las montañas de nuestra tierra …A veces evoco el recuerdo de mi infancia …y pienso en ti y en mi madre… a ella la sorprendí algunas noches llorando de amargura de tu persecución. Entonces me dije que cuando fuera grande lucharía porque aquello no se repitiese nunca más, porque los venezolanos no volvieran a vivir la zozobra de la persecución. Por eso estoy condenado a los 18 años de prisión …desgraciadamente y esto es lo que más lamento, tú estas al lado de esos mismos perseguidores y carceleros que recuerdo cada instante con el chirriar oxidado de los goznes de mi calabozo.

Dijiste al redactor de (el diario) El Nacional que la movilización militar no obedecía a una situación apremiante impuesta por el movimiento guerrillero. Que en aquellas montañas sólo había “jóvenes aficionados al alpinismo” o tocados por la locura …tú sabes que la “operación Torbes” es de tal magnitud que en ella han participado hasta oficiales del ejército colonialista de los Estados Unidos, miembros de la Central de Inteligencia norteamericana…

Yo siento en lo más hondo esta conducta luya. Es claro que a Rómulo Betancourt …no le preocupa verte hundido a su lado …Imagina el impacto en mi espíritu cuando fui esposado y amarrado y después de andar así durante más de 15 horas por desfiladeros pantanosos y bajo incesante lluvia, llevados a tu presencia en el Comando de Operaciones que me apresó, y la repugnancia que experimenté cuando el Fiscal Militar se basó contra mí en testimonios tuyos. Si estoy condenado a 18 años de prisión lo es porque supe comprender la necesidad urgente de una transformación nacionalista en el estatus venezolano para construir una patria realmente libre… el pueblo sabrá comprender las razones de esta carta pública

José Manuel Saher

Cuartel San Carlos, 08 de Febrero de 1963

Esos ADECOS siempre ha n sido y seguiran siendo unos asesinos, realmente que tristeza tan profunda ver como luchadores eran silenciados por criminales, ladrones y porquerias como estos.