Los titiriteros españoles Raúl García Pérez y Alfonso Lázaro de la Fuente, detenidos por las autoridades de Madrid el pasado viernes 6 de febrero por supuestamente «enaltecer al terrorismo», argumentaron que con la obra La bruja y Don Cristóbal, solo pretendían reflejar la realidad diaria que sufren muchas personas en ese país.
En la función, los titiriteros pertenecientes a la compañía Títeres desde Abajo, desplegaron una pancarta con las palabras «Gora Alka-ETA», y las marionetas representaron escenas como el ahorcamiento de un juez o el asesinato de una monja, refiere una nota publicada en el portal Público de España.
Mediante un comunicado, publicado por el portal, García y De la Fuente aclararon: «Advertimos al público antes de comenzar de que los personajes realizaban actos atroces y violentos. A las personas que decidieron quedarse y se sintieron ofendidas, les pedimos disculpas pues esta nunca fue nuestra intención, como tampoco lo fue enaltecer el terrorismo, ni incitar a la violencia o al odio».
En este sentido, criticaron las acciones ejecutadas por algunos medios de comunicación que generaron una campaña de descrédito en contra de ellos, provocando daños morales en los seres más cercanos de los artistas.
«Hemos sido difamados por algunos medios de comunicación mientras permanecíamos en prisión y ahora estamos sintiendo las heridas que han abierto en nuestros seres queridos», manifestaron los titiriteros, al tiempo que enfatizaron su derecho a la libertad de expresión, agrega la nota.
Luego de la detención de los titiriteros, más de 600 personas salieron a las calles de Granada solicitando la retirada de cargos, y en contra del incremento de la represión política y social, refiere una nota de Europa Press.