Masa laboral recibió con beneplácito medida de nacionalización|Trabajadores de Aluminios de Venezuela prometen impulsar la construcción de viviendas

Las trabajadoras y los trabajadores de la empresa Aluminios de Venezuela (Alven), ubicada en La Victoria, estado Aragua, anhelaban la medida de expropiación adoptada por el presidente Hugo Chávez el pasado domingo. Aseguran que la desmejora laboral, las irregularidades administrativas y la decadencia en la productividad por parte de la gestión capitalista eran insostenibles.

El lunes en la mañana, la masa laboral se aglomeró a las puertas de la factoría. La Guardia Nacional Bolivariana tomó la planta con la presencia de junta administradora (integrada por miembros de los ministerios de Comercio y de Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias) y voceras y voceros de las trabajadoras y los trabajadores.

Para el asesor de la junta administradora, Carlos Barrios, esta es una acción muy esperaba. “La empresa sólo producía 16% de sus capacidad. Se sacaban mensualmente unas 70 toneladas aproximadamente de productos para la construcción”. La compañía “varias veces fue acusada de poseer pipotes de la muerte”.

También, añade, “nos topamos con una administración anómala, con facturación doble y con la misma numeración. Esto derriba la matriz mediática que señala al Gobierno Bolivariano como interventor caprichoso. Por el contrario, aquí existen muchas faltas contra el ser humano, es decir, contra los trabajadores y contra las buenas prácticas éticas”, acotó Barrios.

DESIDIA CAPITALISTA

Barrios refirió que el antiguo patrón profundizó el deterioro de las maquinarias y del sistema operativo dentro de la infraestructura. “Esto, después de 50 años sin hacer mantenimiento, con el propósito de sacar el mayor beneficio económico. La planta se llevó a la mínima expresión de su capacidad”.

“Ellos (la antigua administración) le sacaron el jugo a la empresa y no hicieron un programa de inversión. Lógicamente, es la Revolución la que levantará de nuevo esta industria, pues está demostrado que el capitalismo es equivalente a ineficiencia en todos los ámbitos”, opinó el funcionario.

ELEVAR LA PRODUCCIÓN

El equipo gubernamental verificó “la existencia de 80 toneladas de materia prima proveniente de Alcasa, lo que permitirá que en los primeros meses de 2011 estemos en capacidad de continuar la producción. A esa cantidad se suman 90 toneladas más que se encuentran en una sucursal de Barquisimeto”.

Ahora esas ventanas panorámicas, macutos y una variedad de materiales se destinarán a la construcción masiva de viviendas en Venezuela. El plan nacional para atender a las damnificadas y a los damnificados tendrá un aporte más con lo elaborado en esta factoría.

Décadas atrás, esta empresa era trasnacional. Un decreto de la Cuarta República concedió 51% de las acciones al antiguo dueño venezolano.

DESCONTENTO LABORAL

Joel Pinto, vocero de la masa laboral ante la junta administradora, explicó que desde el 19 de noviembre las más de 100 trabajadoras y trabajadores de la firma iniciaron una batalla para dignificar sus ingresos.

“Nosotros nos constituimos como la junta directiva del sindicato. Éste desplazó al antiguo, que era ilegitimo. Para emprender la lucha, teníamos que estar organizados, por lo que seguimos los pasos previstos en las leyes”.

“Entonces, iniciamos el proceso de discusión del contrato colectivo, el pasado mayo. El patrono, cada vez que reclamábamos nuestros derechos, se comportaba de una manera intransigente”, recordó Pinto.

Pinto agregó que el anterior dueño, Arturo Belloso, hacía propuestas desfasadas y alejadas de la situación actual del país. “No quería aumentar los salarios, ni tampoco quería beneficios para nuestras familias como lo establece el artículo 91 de la Constitución Nacional”.

Esto desató el conflicto. “Nosotros agotamos todas las vías conciliatorias ante el Ministerio del Trabajo. Queríamos solucionar la problemática de la mejor forma posible, pero no se pudo. Esto activó la huelga totalmente legítima el 19 de noviembre como lo establece el artículo 97 de la Constitución”, contó el líder sindical.

A juicio de Luis Larrae, trabajador de la unidad fabril aragüeña, las acciones del proletariado permitieron que diferentes sindicatos, movimientos obreros, líderes sociales, Consejos Comunales y miembros del Gobierno Nacional y regional se unificaran a la cruzada de Aluminios de Venezuela.

Todos los días se acercaban a darnos aliento y esperanzas, pues el patrón es una persona intolerante, que nunca escuchó el clamor de los que bregamos aquí. A pesar de todo, nosotros siempre buscamos el diálogo, pero fue en vano”.

Larrae agradeció al presidente Hugo Chávez por tomar en cuenta los reclamos populares, especialmente los de los más explotados. Auguró en Alven una nueva etapa de armonía y de inclusión.

T/ Luis Tovías Baciao
F/ Néstor Velásquez