Revolución Agraria | Trabajadores del Ciara cultivan hortalizas y plantas medicinales en Sierra Maestra

Desde hace un año, los trabajadores de la Fundación de Capacitación e Innovación para Apoyar la Revolución Agraria (Ciara) llenan de verdor y de aroma a hortalizas y plantas medicinales los espacios adyacentes a sus oficinas ubicadas en kilómetro 1 vía Perijá, en el sector Sierra Maestra, municipio San Francisco, estado Zulia.

Lo que allí se cultiva es distribuido en las comunidades, escuelas e instituciones en las que se van organizando patios productivos, huertos escolares y comunitarios.

Son pocos metros, pero mucha mística y compromiso abonan este lugar. Allí hay espacio para el cebollín, la berenjena, el ají, el cilantro, el tomate, la albahaca, el toronjil, el orégano, el tomillo, la moringa, cuyas cosechas se dan gracias a la participación de cada uno de los trabajadores del Ciara, quienes dentro de su jornada semanal de trabajo dedican un día al fértil terreno y a las plántulas.

“Todo comenzó como un proyecto de arborización de la zona, que estaba llena de desechos y de equipos desincorporados como acondicionadores de aire, sillas y mesas inservibles. (…) Nació la inquietud de darle uso a estos espacios con más verdor y expresar con estas acciones lo que nosotros sabemos hacer, que es la producción agrícola”, sostuvo Reinaldo Herrera, coordinador en Zulia del Ciara.

La siembra se ha extendido a lo largo del entorno de la sede del Ciara y del Ministerio de Producción Agrícola y Tierra, ubicada en el kilómetro 1 vía Perijá, en el sector Sierra Maestra del municipio San Francisco, donde esta semana se recolectó la primera cosecha de berenjena, alejada de cualquier semilla transgénica.

Ahora este espacio sirve de vitrina para las comunidades que visitan esas instituciones, bien sea para solicitar asesoría y acompañamiento o para conocer los procesos de siembra en lugares reducidos.

CUALQUIER ESPACIO ES IDEAL

Yudith Rendón, técnica de campo de la fundación Ciara, refiere que todos los técnicos y trabajadores apartan un día específico para el trabajo en el patio, donde hay un área de semillero, la cava de una vieja nevera para la lombricultura, mesas organopónicas, guacales, envases plásticos y cauchos para las plántulas.

“Hoy estamos recogiendo la primera producción de berenjena, que a pesar de la sequía, la hemos logrado con constancia”, dice orgullosa al mostrar el fruto.

Instó a todas las instituciones para que creen un lugar, una zona para la producción agrícola. “Todos los coordinadores, directores, presidentes de instituciones, deberían tener en su lugar de trabajo un espacio, un área destinada a la producción, (…) no se necesita mayor espacio y se puede trabajar con organopónicos, canteros, con envases plásticos”, resaltó.

Es un trabajo lleno de entrega a la tierra, dijo Rendón, el cual ha replicado en su hogar, donde tiene albahaca, cebollín, orégano y topocho.

“La producción artesanal y familiar de alimentos en pequeños espacios de producción representan un impulso a la liberación del pueblo en su independencia económica, a través de la actividad agrícola, oportunidad que permite producir parte de los alimentos que consume, con pocos materiales y técnicas alternativas”, puntualizó.

Texto/AVN
Foto/Archivo