Trabajadoras y trabajadores de las plantas del Complejo Siderúrgico Nacional se apostaron ayer en la entrada de la planta de Antímano, ubicada en la zona industrial de la Yaguara, en Caracas, con la finalidad de solicitar una asamblea con el ministro del Poder Popular para Industrias Básicas, Juan Arias, para acordar mecanismos que permitan reactivar las operaciones de las seis plantas de la empresa recuperada.
“Estamos aquí voceros de los sindicatos del complejo y trabajadores para hablar con el ministro Juan Arias, exponerle las trabas que impiden el arranque de las plantas, pero no nos quiere oír, pedimos que salga a oír al pueblo”, sostuvo Argonio Farrera, operario de la planta de Casima en el estado Bolívar.
Con sus uniformes de la acería, todos querían incorporarse a la actividad, pero el ministro Arias solo autorizó el ingreso a la fábrica de Antímano de una representación de cada planta.
Ante la molestia de los trabajadores que viajaron desde los estados Bolívar, Lara, Carabobo y Miranda, la situación se puso tensa en la entrada. Tres voceros del Sindicato de Trabajadores de la Industria Siderúrgica Nacional (Sidernac) fueron al encuentro del ministro para solicitarle la asamblea general, pero hasta horas de la tarde no se había producido el encuentro.
PLAN OPERATIVO
Ayer estaba previsto que el ministro Arias efectuara un acto en el que se iba anunciar el arranque del plan operativo del Complejo Siderúrgico Nacional (antigua Sidetur), pero la actividad no se realizó. Los organizadores argumentaron “razones de seguridad”.
Sidernac dispone de información sobre la decisión de Arias de preparar la designación oficial de Jesús Ramírez, quien estuvo como vicepresidente de la Siderúrgica del Orinoco Alfredo Maneiro (Sidor). “Nos enteramos de que quiere sacar al presidente Víctor Abreu de la dirección del complejo siderúrgico. Pensamos que es por razones políticas, peor no hemos tenido explicación”, comentó Farrera.
El ministro Arias anunció el pasado mes que efectuaría una auditoría al complejo con la finalidad de detectar los nudos que impiden su normal funcionamiento y aseguró que se estaban afinando una estrategia para inyectar tres mil toneladas de briquetas de manera de hacer frente a los requerimientos de las plantas.
FALTA DE INSUMOS
La única planta que arrancó las operaciones fue Barquisimeto, porque trabaja con chatarra, pero las que necesitan briquetas y cal no han podido iniciar operaciones, indicó Francisco Gómez, operador de la planta Antímano.
El complejo produce 40% de cabillas para Gran Misión Vivienda Venezuela; la planta es fundamental para el desarrollo de ese proyecto. “Ministro, usted debe prestar apoyo y venir más a nuestras plantas, ayudarnos a ser más productivos. Nosotros no somos guarimberos, estamos con el proceso”, señaló Gómez.
La clase trabajadora insiste en la adquisición de insumos básicos y repuestos, además de asignación de recursos para incentivar la producción de cabillas. La situación afecta a 2.448 trabajadores a nivel nacional y 600 en la zona capital.