Con oficios religiosos y una parada de honor, trabajadores de la Planta Madre Guanaguanare, en el estado Portuguesa, rindieron homenaje este domingo al líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez.
Trabajadores de la comuna Ernesto «Ché» Guevara elevaron oraciones por el descanso eterno del Presidente y en la voz del párroco Pablo Aguilar pidieron fortaleza para superar el dolor que embarga al pueblo venezolano por su partida.
«Pedimos todos unidos por su alma, para que Dios lo admita en su reino y lo coloque entre su santos y elegidos», expresó el sacerdote ante hombres y mujeres que con rostros bañados de lágrimas y puños en el pecho dedicaban sus plegarias al Jefe de Estado.
«Muchas personas con voces quebrantadas dicen hasta luego a un hombre que es emblema para Venezuela y el mundo, porque sembró su mensaje de esperanza en el corazón de muchos seguidores. Señor, recíbelo con misericordia en tu reino», enfatizó.
Aguilar, quien en enero de 2012 ofició en Portuguesa la ceremonia en la que el presidente Chávez elevó a la Virgen de Coromoto plegarias por la recuperación de su salud, recordó al Mandatario venezolano como «una persona extraordinaria, carismática, a quien el pueblo respondía y sigue respondiendo con un amor que paraliza».
Comentó, en la misa de este domingo, la impresión que le causó la forma en la que el Mandatario rompió el protocolo de seguridad aquel día en la Basílica Menor Santuario Nacional de la Virgen de Coromoto para acercarse y tocar a su pueblo: «Por poco lo aplastan, era una multitud, pero él lucía feliz ante el ímpetu de este pueblo enamorado».
Añadió que en aquella oportunidad «las puertas del santuario parecían endebles para contener a ese río de seguidores» que hoy está sumergido en la tristeza y a quienes llamó a acatar con resignación los designios de Jesucristo.
«Eterno descanso a su alma a ese hombre de buen corazón», pidió.
Al final de la ceremonia y entre abrazos, trabajadores y voceros comunales manifestaron pesar por la desaparición física de Chávez, «el comandante que sembró en Guanare la semilla del desarrollo industrial de Venezuela: nuestra Planta Madre», dijo Rocío Pérez, del personal que labora en el área de Diseño.
«Se nos fue y se nos multiplicó, porque cada uno de nosotros es Chávez», expresó Nerio Moreno, del departamento de Ensamblaje.
Añadió que la partida del Presidente deja entre ellos un profundo sentimiento de dolor y la vez mucha moral para ser disciplinados en la acción y garantizar la permanencia de la Revolución.
«Estamos abatidos pero con fortaleza para sacar adelante la Planta Madre que era una de sus niñas mimadas», agregó Braulio Escalona, trabajador de esta factoría que tiene la capacidad de generar implementos, maquinarias y accesorios para la instalación de 24 fábricas por año.