Los trabajadores de la salud de Madrid iniciaron este lunes una huelga de 48 horas contra lo que califican de agresiva privatización de la sanidad pública impulsada por el gobierno de esta comunidad autónoma española.
Todo el personal sanitario público -unos 75 mil empleados de los hospitales y centros de salud dependientes de la Comunidad de Madrid- está llamado a secundar la medida de fuerza, que se repetirá mañana y los días 4 y 5 de diciembre.
El propósito del paro es exigir la retirada del llamado Plan de Garantías de Sostenibilidad del Sistema Sanitario Público, que incluye privatizar la gestión de seis sanatorios, reconvertir otros dos y subcontratar la administración del 10 por ciento de los centros hospitalarios.
Los seis sindicatos del sector denunciaron que ese plan, junto a los presupuestos para 2013 aprobados el pasado 31 de octubre por el Ejecutivo autonómico del derechista Partido Popular (PP, que también gobierna España) dinamita las condiciones laborales.
Estas medidas sustituyen la gestión del Sistema Sanitario Público por otra a cargo de empresas privadas con ánimo de lucro, afirmaron las centrales obreras. Advirtieron, además, que acarrearán la pérdida de ocho mil puestos de trabajo en el ámbito de la salud madrileña.
Los servicios mínimos pactados entre las autoridades y los gremios equivalen a los de un domingo o festivo, y en los nosocomios se mantendrá, además, el personal que tenga guardia programada, como ya ocurrió en la huelga general del pasado 14 de noviembre.
Las organizaciones sindicales acusaron al PP de aprovechar la actual crisis económica para desmantelar el sistema sanitario estatal.
Durante la presentación de unos presupuestos para el venidero año marcados por los ajustes, el presidente del Ejecutivo madrileño, Ignacio González, anunció el 31 de octubre último la imposición de un euro por receta médica prescrita a partir del 1 de enero 2013.
González también adelantó la subcontratación de los servicios sanitarios de seis ambulatorios, dentro de una estrategia que muchos ciudadanos y partidos políticos creen que conducirá al traspaso a manos privadas de un servicio básico y hasta ahora gratuito.
Los sindicatos subrayaron que, en esta ocasión, no son las condiciones laborales el motivo de sus protestas, sino la defensa de los servicios médicos gratuitos.
A principios de mes, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) acusó al PP del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de aprovechar la debacle financiera como coartada para destruir el Estado de bienestar.
El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, criticó la decisión de la Comunidad de Madrid, administrada por los conservadores, de cobrar un euro por receta médica.
Para el líder de la principal fuerza de la oposición en España, la derecha nunca ha tenido el coraje de decir que éste es su modelo ideal y que una salud pública de calidad jamás ha figurado entre sus objetivos, sino más bien lo contrario.
En su opinión, el esquema de relaciones sociales impulsado por el partido gobernante se basa en el sálvese quien pueda.