El pasado miércoles fueron rescatados los 33 mineros que estuvieron atrapados a 700 metros de profundidad durante 70 días en la mina San José, en Copiapó, al norte de Chile.
Luego de salir del yacimiento, los trabajadores ingresaron a un campamento de salud donde compartieron con sus familiares. Posteriormente los trasladaron al hospital, donde fueron tratados de las lesiones dermatológicas y las afecciones maxilofaciales.
Según los informes médicos, habría un caso relativamente complicado, el de uno de los mineros de más edad, quien sufre de silicosis y presenta una neumonía aguda; la afección ya ha sido tratada y se encuentra controlada.
Los trabajadores recibieron el jueves la visita del presidente Sebastián Piñera, quien les reiteró su afecto e hizo extensivo el éxito del rescate a todos los chilenos, pues según sus palabras, “ha marcado un cambio de visión para hacer las cosas como país”.
PRECARIA SITUACIÓN
Sin embargo, tras el espectáculo mediático que se montó con el rescate de los trabajadores, se oculta una precaria situación laboral que padecen no sólo esos 33 mineros.
Así lo señaló en entrevista con el Correo del Orinoco el dirigente del Movimiento de los Pueblos y los Trabajadores (MPT) de Chile, Alfonso Ossandon Antiquera, quien advirtió que el accidente ocurrido en San José puede repetirse en cualquier mina del país.
“La realidad de esa mina es un factor común en la mediana minería chilena. La situación es bastante precaria. Los empresarios que explotan esos yacimientos son depredadores, no sólo de la naturaleza, sino también de vidas humanas”, denunció.
Ossandon Antiquera explicó que los empresarios se aprovechan de la necesidad de los trabajadores de contar con un salario estable, lo que los hace aceptar precarias condiciones y asumir el riesgo de perder sus vidas.
“Esas grandes corporaciones mineras no son penadas por su negligencia porque son parte de los grupos de poder que manejan el Estado. Además, el sistema contralor chileno esta permeado por la corrupción”, señaló.
El dirigente del MPT recordó que en la mina de San José trabajan mineros que no deberían ser aceptados para esa labor por su condición de salud o su edad.
“Los empresarios se desentienden por completo de sus responsabilidades y el mismo trabajador es quien tiene que sacar dinero de su bolsillo para comprarse los instrumentos de trabajo y los elementos básicos que le den el mínimo de seguridad”, advirtió.
VERDAD AL DESCUBIERTO
Ossandon Antiquera indicó que, cuando sucede una tragedia como la ocurrida en Copiapó, queda al descubierto la impunidad con la que se desempeñan las grandes corporaciones chilenas. Éstas se instalaron al amparo de la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990), pero continuaron durante los gobiernos democráticos.
“Todas esas administraciones afianzaron un modelo económico depredador, tanto de la clase trabajadora como de los recursos naturales. Es un modelo impuesto por las armas durante la dictadura”, sostuvo.
El dirigente del MPT manifestó que ese modelo pretende desnacionalizar los recursos y terminar con las garantías laborales que los trabajadores consiguieron antes del golpe de Estado de Augusto Pinochet contra el presidente Salvador Allende (11 de septiembre de 1973).
“Esto se vislumbra en la permisividad por parte del Estado, el cual ha fallado en el sistema contralor; ha creado una alianza con los empresarios y ha dejado completamente desprotegidos a los trabajadores. Esto le da un carácter criminal”, aseveró.
SHOW MEDIÁTICO
Con respecto a la cobertura mediática que se le dio nacional e internacionalmente al rescate de los 33 mineros, el dirigente del MPT señaló que el show montado en torno al hecho responde a una necesidad de mantener una imagen irreal del país.
“Es grotesca la forma como estos mineros fueron llevados a un show mediático cuando se intento ocultar la información en un primer momento. Fueron los propios compañeros de los mineros que quedaron enterrados quienes filtraron la información de que había ocurrido esa tragedia”, explicó.
Los grandes medios de comunicación, resaltó Ossandon Antiquera, obviaron que la tragedia implica una violación de los derechos laborales y humanos, ya que en esa mina se trabajaba a sabiendas de que no existían las condiciones para operar.
“Semanas antes había habido un accidente y se le tuvo que amputar la pierna a uno de los trabajadores de esa misma mina. Eso ameritaba una inspección total de las condiciones del lugar y suspender temporalmente las labores”, informó.
Sin embargo, el dirigente del MPT subrayó que el Estado chileno asume un papel secundario ante esas situaciones, con lo que tapa las negligencias de los empresarios.
“La lógica es propiciar una imagen del país que vender al mundo. Se trata de hacer ver que el proyecto neoliberal capitalista es exitoso. Pero quienes vivimos y trabajamos en Chile sabemos que no es así, y que ese Chile sólo se ve por los grandes medios de comunicación”, sentenció.
Ossandon Antiquera indicó que la responsabilidad de que las condiciones laborales de los mineros y de los trabajadores en general se modifiquen recae en los movimientos sociales chilenos.
“Debemos mantenernos en permanente movilización para no bajar la guardia y exigir que mejoren las condiciones laborales de la clase trabajadora. Pero debemos movernos en conjunto para poder romper el cerco mediático denunciar lo que realmente esta pasando en Chile. Debemos accionar para que eso cambie”, argumentó.