Transición complotada

Por Walter Ortiz

Cuando el 12 de abril los conjurados que dieron un golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez se encontraron con obstáculos para viabilizar su atajo, entraron en fase de pánico que los condujo a una cantidad incalculable de errores políticos, condenando la aventura eventualmente a un fracaso total.

En su momento, cualquier opción que les favoreciese pasaba por la voluntad de Chávez quien, al saber su circunstancia y a pesar de los riesgos que enfrentaba, no les facilitó una especie de «transición constitucional» aceptable para toda la comunidad nacional e internacional.
En la actualidad, con la altísima diferencia de que la estrategia procura demoler las bases del Estado-Nación que es la República Bolivariana de Venezuela, cuya partida de nacimiento data del 19 de abril de 1810; encontramos algunas semejanzas.

La oposición política, desenfadada ya de la retórica electoral que cada vez menos credibilidad le produce, ahora nos habla de nuevo de la palabra «transición», dejando de cara al viento la razón y propósito de toda esta táctica, bien pensada y facturada desde Washington.
Ahora bien, en el escenario actual, ¿cómo entender esta transición? ¿Qué conlleva? ¿Qué busca?

Para nadie es un secreto que, desde la introducción por parte de los “tanques de pensamiento”, de la noción de un «nuevo siglo americano», la subyugación de América Latina es casi prima facie en el plan.

Siendo que, en buena medida han destruido ya Oriente Medio, escalan en la Península coreana y amenazan de cuando en cuando a Irán y a Rusia, hasta con las fuerzas militares de la OTAN; en el caso de nuestro continente se han dado como premisa destruir aquello que la Celac en su momento declaró: «América Latina es una Zona de Paz y libre de armas nucleares». Idea por supuesto bien contrapuesta a la de los poderes mundiales bastante ávidos de recesos abundantes por acá y cada vez mas escasos por fuera.

Entonces, con esta escalada de terror que ahora encuentra complotados a personajes que tienen altos cargos en el Estado, cabe preguntarse. ¿Será que en Washington trabajan para crear una especie de gobierno paralelo al estilo del CNT libio (por cierto borrado del mapa después de hacer el trabajo sucio como bien lo afirmó Thierry Meyssan) con protección de la OEA y apoyo militar, financiero y logístico de los aliados internacionales de la derecha mundial?

De no ser así, ¿cómo es el tema de la sucesión presidencial? ¿No van a elecciones presidenciales en 2018? ¿Qué parte de la Constitución van a violar o que subterfugio van a inventarse para procurar derrocar al Presidente de la República llamándolo «transición pacífica y democrática»? ¿Tienen como sostenerse en un gobierno nacido a la luz del atajo violento, del golpismo, del terrorismo? ¿El pueblo venezolano se va a calar algo así?

La cuestión de Venezuela pone en riesgo la paz regional. Si la resistencia y contención caen acá se nos dibujará el infierno de Oriente Medio en nuestras tierras. Toca actuar en defensa de la Nación y los mas altos valores de la especie humana. La historia nos observa.

walter1982@gmail.com
Caracas