Mar de leva, por Farruco Sesto|Tres defectos y una gran virtud (Opinión)

Quiero hablar hoy específicamente para el chavismo. Terminando un año muy difícil, y a punto de comenzar otro que no va a ser fácil, me siento en la obligación de hacer algunas consideraciones, señalando lo que a mi juicio son defectos que deberían ser corregidos y, por supuesto, alentando también a continuar la lucha con ánimo revolucionario.

Anoto tres problemas que nos afectan:

– Pensar que la mayoría del pueblo siente las dificultades de la misma manera que nosotros. Y que tiene las mismas expectativas. Y no es así. De esa manera le hablamos a la gran mayoría del pueblo como si le estuviéramos hablando al chavismo duro. Pero entonces ocurre que al desconocer y desdibujar la propia realidad del pueblo, conseguimos el efecto contrario: en lugar de unirnos a él, nos separamos, nos aislamos, nos ensimismamos en nuestra percepción. Recordemos la vieja máxima: la condición esencial de una vanguardia para serlo de verdad, es que sea reconocida como tal, no por ella misma, sino por los demás.

– Utilizar hasta el cansancio una fraseología supuestamente revolucionaria, pero vacía de contenido concreto. Por favor, lo pido desde mi corazón para este año que comienza: dejemos la retórica a un lado. Nos hace mucho daño. Y nos aísla igualmente. Resulta sumamente aburrido cuando las palabras pierden la inspiración primera, la fuerza combativa originaria que contienen, para convertirse en rituales. Y sobre todo cuando el poder de convencimiento se debilita.

– Ocultar, oscurecer o baypasear la verdad sin develarla. Huirle a las explicaciones detalladas, sustituyéndolas por enunciados. Es como si le tuviéramos miedo a la realidad cuando, por el contrario, su entendimiento es nuestra mejor baza. Recordemos lo que tanto nos dijo Chávez: “hay que darle poder al pueblo, y el primer poder es el conocimiento”. Y no se refería necesariamente al conocimiento abstracto sino también al específico, al de la vida cotidiana. De la misma manera que él nos hablaba de “ un poder que pueda”, pudiéramos nosotros referirnos por analogía a un “conocimiento que conozca”. El pueblo, y no sólo el chavismo, el pueblo todo, necesita oír las verdades absolutas, totales y pormenorizadas, con todas sus razones.

Alguien podría reclamarme: – Farruco, hoy sólo hablas de defectos. ¿Y las cosas buenas?

¡Ah!, mi querido camarada, son muchas e importantes. Pero creo que es suficiente con que nos refiramos a una sola que es maravillosa y lo compensa todo: la comprobación de nuestra capacidad de resistencia contra la más brutal agresión interna y externa que uno pudiera imaginar. Ya que estamos aquí, irreductibles.

Y eso no es una pendejada. Quiere decir que la espiritualidad revolucionaria que nos sembró Chávez, anda suelta y combativa por los caminos. Pues su proyecto bien vale la pena.

Termino diciendo: lealtad a nuestros dirigentes, especialmente a Nicolás Maduro. Y feliz año para todos con amor chavista.

farrucosesto@gmail.com
Caracas